
A punto estaba de terminar el último verano del siglo XX, un año antes en lo referente a la música patria había aparecido un disco elevado a obra de culto, Omega; una genialidad del mestizaje entre Morente y Largatija Nick. También ese mismo año Los Planetas, que habían tenido que reformar el grupo, editaban un elepé que les volvía a dar alas, Una semana en el motor de un autobús. Estaba claro que la música estaba en pleno cambio antes de llegar al nuevo milenio.
Ese último otoño desembarcó hasta nuestros oídos un disco que se formaría con retazos de Extremoduro, Los Chichos y Los Chunguitos, con una personalidad y descaro apabullante. Un disco con poesía callejera y que rebosaba chispa. Dos hermanos de Cornellà (Barcelona), saltaron de su trabajo en la planta de SEAT, a convertirse en número uno de listas de éxito cuando la piratería estaba en boca de todos.
Su primer sencillo se coló en Los 40, en Cadena 100, en Cadena Dial; en definitiva, en cualquier lugar. La socarronería y desparpajo de David y Jose Muñoz había conquistado al público. Acababa de nacer el fenómeno Estopa, y su disco homónimo crecía como la espuma. Todo el mundo cantaba sus canciones, sonaban en todas las verbenas (síntoma de éxito), los hermanos Muñoz se parecían a cualquiera de nosotros; eran de barrio, de barra de bar, de bravas y terracitas. El 18 de octubre de 1999 una portada muy de la década que estaba a punto de morir, con los hermanos atravesando una calle con la escena totalmente difuminada y las letras con aspecto de grafiti, se convirtió en el disco más vendido, con un total de 1.200.000 copias, siendo el debut más exitoso de la historia.

Todo tuvo un inicio, y los de Cornellà lo recordaban en Sol Música, dentro de su programa A solas. “Grabamos la maqueta y la mandamos a una compañía, que es BMG, y nos llamaron por teléfono y nos dicen que vayamos a hacer una pruebecilla a Madrid, y nos ponemos los dos malos en la fábrica”, dice David mientras se ríen. “Fuimos, tocamos la guitarra y nos dijeron: ya estáis fichados; a partir de ahora vais a tener al mejor productor (…) pasado mañana tenéis un contrato en casa y, nos miramos diciendo: no puede ser”, señala el mayor del dúo.
Contado así parece el sueño de todo músico. Estopa se habían curtido en conciertos de bar con mucho flamenco y poesía. El productor llegó a recomendarles llamarse La Chimenea, nombre que desecharon, ellos tenían claro que la palabra estopa era su talismán. “Es una expresión, ¡dale estopa!, como: ¡dale caña! Es una palabra que se utiliza en el barrio y allí en la fábrica. ¡Dale estopa al robot, niño, qué está parado!”, sonríe David en una entrevista el 40tv.
La cultura musical del dúo estaba bañada de viajes en el coche familiar de Cornellà a Extremadura escuchando cintas de Los Chichos o Los Chunguitos. Canciones como “Tu calorro”, “Como Camarón” o “El del medio de Los Chichos”, rezumaban rumba y flamenco. En aquel elepé figuraban temas tan emblemáticos como “La raja de tu falda” o “Cacho a cacho”, canciones que sonaron durante semanas y meses. Editaron seis videoclips bastante divertidos, donde los propios músicos eran los protagonistas. David comentaba que “siempre me ha gustado escribir, una afición como otra cualquiera, poesía y, cuando comencé a tocar la guitarra y les puse música se convirtieron en canciones”. Recordaban sus inicios componiendo y enviando maquetas a discográficas en 40tv.

“Mientras estábamos trabajando en la fábrica, nosotros hacíamos temas y nos dedicábamos a hacer una maqueta, fuimos a Sabadell y digo: vamos a pagar una maqueta y, con 300 mil pelas y un poquito así arregladita y guay, para poder enseñarla y empezar a mandarlas a todas las compañía, luego grabamos otra maqueta con dos guitarras solamente e hicimos 20 o 30 canciones”, decía el cantante.
“No queremos dejar de sentirnos privilegiados”
David Muñoz
Los hermanos Muñoz desde el primer momento, y teniendo esa fama súbita que los llevaba de estadios en estadios por toda la península, tuvieron claro de dónde provenía y la enorme suerte que habían tenido. “No queremos dejar de sentirnos privilegiados, porque hay mucha gente en nuestro barrio que tienen grupos y que cantan, y ni siquiera tienen una discográfica independiente que se haya dignado a hacer un contrato y sacar un disco a la calle”, explicaba David.
Cobraron tanta popularidad que sus primigenias maquetas salieron a la luz, con una calidad bastante pésima, a través de la red. Aquellas canciones sonaban frescas y desenfadadas. Aunque el tema que más fama les dio fue su primer single, “La raja de tu falda”, la canción que los hizo pasar del anonimato al estrellato en 3:27 minutos.

La banda comentaba en El Mundo como surgió esa canción a la que le debe tanto. “La canción vino por un anuncio que vimos en el que un tipo se había “escoñao” contra un cartel en el que Claudia Schiffer y Naomi Campbell estaban en bragas. Nos hizo gracia, y de ahí la canción”. Todos los programas de televisión los querían en sus platós, eran un fenómeno nuevo, y además David y Jose eran muy buenos entrevistados. Su sentido del humor hizo que el público les cogiera cariño. No tenían padrino ni salían de ningún invento televisivo, eran auténticos y además ofrecían canciones con un tremendo gancho. Recordaban sus primeras anécdotas de giras en El Diario Sur.
“Nuestra primera gira, en la que tocábamos sólo los dos con una guitarra, fue por la zona de Jaén. En uno de los hoteles en los que pasamos la noche había una videoconsola y mi hermano Jose se puso a jugar horas y horas pensando que era gratis. Al día siguiente nos pagaron por la actuación mil pesetas, porque el resto fue para pagar las partidas a la videoconsola. A veces la realidad es lo más inverosímil”.
“En 2000 ganaron el Premio Ondas al Mejor Grupo Revelación”
En 2000 ganaron el Premio Ondas al Mejor Grupo Revelación, un año en el que también se coronaron Alejandro Sanz con El alma al aire (2000) después del pelotazo de Más (1997) y Joaquín Sabina con 19 días y 500 noches (1999). Como he comentado antes, las televisiones querían a Estopa en cualquiera de sus espacios, muestra de ello es el seguimiento de la banda por sus conciertos en El Rayo en Antena 3. Incluso llegaron a acompañarlos a su antiguo puesto de trabajo, donde comentaban cómo se sintieron al llegar al estudio de grabación. “Todo nuevo, o sea, muchas luces, muchas maquinitas, yo intentaba tomármelo con profesionalidad, como si no me sorprendiera”, comentaba sonriente David.

La banda sigue componiendo y editando discos con una regularidad de dos años, sus giras son todo un acontecimiento a ambos lados del charco. Confesaban recientemente que prefieren no viajar mucho y estar en casa, Estopa es un grupo difícil de ver si no están de gira. Su nuevo disco, Fuego, que se editará el 18 de octubre, el día que se cumplen veinte años de la edición de Estopa, cierra el círculo del aniversario. Los de Cornellà marcaron un nuevo camino por el que muchos artistas caminaron con desigual fortuna, ellos tenían unas canciones pegadizas y que no han perdido frescura con el paso del tiempo. Fueron el último fenómeno musical y social antes del estallido producido por el OT de Rosa, Bisbal y Chenoa.