
En esta semana estamos repasando el catálogo de Netflix, uno de los más poblados y potentes del mundo. En él encontramos, como ya vimos, muy buen cine y grandes documentales que abarcan todos los temas, y también películas de animación.
Comentamos las 5 películas de animación imprescindibles de Netflix. Películas no te debes perder, más allá del fantástico anime que la plataforma nos brinda, y del cual hablaremos más adelantes.
Vamos a repasar algunos de los títulos menos conocidos, y también alguno más público, del catálogo; obras interesantes que pasaron por festivales o que fueron taquillazos en su momentos. Una lástima no contar con películas como Zootrópolis (Bryon Howard, Rich Moore, 2016) o El gigante de hierro (Brad Bird, 1999) en un catálogo tan amplio.

El pan de la guerra (Nora Twomey, 2017)
Quizás al principio, al ver el tráiler o algún fotograma, puedas pensar erróneamente que estás ante un filme similar a Persépolis (Marjane Satrapi, Vicent Paronnaud, 2007).
Esta producción irlandesa trata sobre el futuro de una familia afgana, que es golpeada por el arresto de su patriarca, y el que sustenta a la familia en la época de los talibanes, y se quedan sin nadie que traiga la comida a casa.
Parvana es hija mediana de la familia, y para salvar a su familia tendrá que hacerse pasar por un chico, descubriendo el mundo que le es vetado por ser mujer. Una historia fascinante basada en el libro infantil de Deborah Ellis.
Un filme reflexivo, con una animación maravillosa y que estuvo nominado al Oscar a mejor película de animación, aunque ganó la siempre maravillosa Coco (Lee Unkrich, Adrián Molina, 2017)
Dónde está mi cuerpo (Jérémy Clapin, 2019)
Una rareza. Pocas veces un filme se centra en las sensaciones táctiles, haciendo de ello su trama: la búsqueda de una mano de su cuerpo, de ese lugar al que pertenecer y con el que desea reencontrarse.
El filme es más evocador que concreto, más atmosférico que narrativo; pero la sensación de asistir a algo diferente es inigualables. En blanco y negro, con mucho acierto, muestran instantes de la vida del dueño de la mano, algo que hace algo más comprensible la cinta.
Kubo y las cuerdas mágicas (Travis Knight, 2016)
El estudio de animación Laika es uno a los que más a tener en los últimos años, de esa factoría de sueños salió Los mundo de Coraline (Henry Selick, 2009), y unos años más tarde el filme que nos ocupa ahora. Una de las mejores películas de animación de los últimos diez años, y no, no es una exageración.
La película nos cuenta la historia de un niño, Kubo, que se gana la vida contando cuentos épicos a la gente, y al que su pasado le persigue, y esto le lleva a un viaje hacia la madurez, junto a un mono y un escarabajo; escarbando en la importancia de la memoria y la identidad. El estudio Laika demuestra una vez más la calidad de sus trabajos.

Mascotas (Chris Renaud, 2016)
Siento debilidad por esta película, Perrete es uno de mis personajes favoritos de animación. Aunque la premisa es muy similar a Toy story (John Lasseter, 1995). ¿Qué hacen las mascotas cuando no están los humanos? Con todo, el filme es brillante, dinámico, divertido y tiene unos personajes llenos de personalidad.
Su magnetismo es innegable y te engancha. Illumination Entertaiment no tiene nada que envidiar a Pixar (aunque estos sean los reyes) con películas como esta, pero también con los bombazos que fueron, Gru: Mi villano favorito (Pierre Coffin, Chris Renaud, 2010), y Los Minions (Pierre Coffin, Kyle Balda, 2015). Perfecta para pasar una tarde en familia.
La ruta hacia El dorado (Bibo Bergeron, Jeffrey Katzenberg, Don Paul, 2000)
Una de las películas del nuevo siglo con mejor diseño de producción, desparpajos en la paleta de colores, creatividad desbordante y un humor entrañable. A principios el 200o Dreamworks apostó por una animación divertida y con un poso crítico.
Llegaron obras como El Príncipe de Egipto (Brenda Chapman, Simon Wells, Steve Hickner, 1998), Chicken Run (Nick Park, Peter Lord, 2000) y otra joya que puedes encontrar en Netflix como es Spirit. El corcel indomable (Kelly Asbury, Lorna Cook, 2002).
La que nos ocupa, quizás sea la más entretenida de todas y la que mejor sabor de boca te vaya a dejar. Otro punto fuerte del filme fue su banda sonora, compuesta por Hans Zimmer y John Powell, y con una canción de Elton John, Someday Out of the Blue.
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