Nunca antes habíamos estado en la SEMINCI. Nos fascinó desde el primer momento en que pusimos los pies en Valladolid. Una Ciudad volcada en un festival de cine mítico y lleno de grandes películas. No tardamos ni diez minutos en ponernos en marcha hasta los Cines Broadway. Una barra de bar a la derecha, cientos de carteles decorando las paredes, mucha gente en el vestíbulo deseando entrar. Saludamos al director de Cinemajove (donde meses más tarde también se proyectó), Carlos Madrid, que se encontraba tomando algo, y por fin nos sentamos en una de sus salas a ver uno de los documentales que más ilusión nos hacía. Almost Ghosts es algo más que la simple radiografia de la Ruta 66, es una mirada apasionada a las personas que la han mantenido con vida, las que de alguna forma la visten de esa singularidad tan cinematogràfica que tiene. Hablamos con su directora, Ana Ramón Rubio y con su productora, Cristina Vivó, sobre su experiencia con el documental y su relación con aquella carretera que está en la memoria colectiva: La Ruta 66.
El documental parece la historia de tres personas que han mantenido el legado de la carretera más famosa del mundo, La Ruta 66, cuando la Interestatal 40 se inauguró, más que la historia de la propia carretera. ¿Estoy en lo cierto?
Ana: Sí, efectivamente. Es un documental sobre personas. Son tres historias cruzadas de tres hombres que viven a lo largo de la Ruta 66, en estados muy distintos como lo son Arizona, Oklahoma y Missouri. Han vivido la despoblación de la carretera que una vez conectó los EEUU de este a oeste así que la historia de la Ruta 66 es en realidad su historia. Muchas veces, por simplificar o hacerlo más comprensible, decimos que es “una película documental sobre la ruta 66”, pero en realidad es una película documental sobre los que hacen la ruta 66.
Cristina : Así es. Almost Ghosts es una historia de lucha, de sacrificio y de superación de tres personas anónimas que, gracias a su tiempo, dinero y esfuerzo consiguieron que los pueblos que un día casi se convierten en fantasmas, hayan vuelto a estar de plena actualidad, por la cantidad de personas que se interesan cada día en saber qué ocurrió con esos pueblos.
“No es una historia sobre la Ruta 66 o sobre la despoblación, es una historia sobre personas”
Ana Ramón Rubio
Fotograma del documental
Harley Russell, Ángel Delgadillo y Lowell Davis son las voces de un mundo que parece avocado a convertirse en una recuerdo. ¿Por qué elegisteis a esos personajes y cómo llegasteis a ellos?
A: Porque cada uno aportaba un toque especial a todo lo que queríamos contar. Al final, como tú bien has dicho, no es una historia sobre la Ruta 66 o sobre la despoblación, es una historia sobre personas, y creo que Harley, Ángel y Lowell representaban todo lo que queríamos contar. Angel Delgadillo es todo un icono, es el principal precursor de que la Ruta 66 hoy sea considerada una carretera histórica; Lowell Davis se ha dedicado a reconstruir todo su pueblo después de que este se volviera un pueblo fantasma y ha conseguido preservar su historia para siempre y Harley Russell es el mayor espectáculo, una de las mayores leyendas vivas que tiene la Ruta 66.
La gran crisis de la ruta 66 fue cuando Eisenhower comenzó a promover la construcción de las carreteras interestatales, pero la segunda gran crisis sucederá cuando comencemos a perder a personas como Harley, Angel, Lowell. Y otros muchos ejemplos. Sin ir más lejos, el otro día falleció Elmer Long, uno de los personajes más entrañables de toda la Ruta, que creó un bosque de botellas con los objetos abandonados que recogía con su padre cuando iban a acampar a los pueblos fantasma de la fiebre del oro. Ellos son los que hacen tan única la Ruta 66, los que consiguen que 4.000 kilómetros llenos de gasolineras vintage, moteles semiabandonados o cafés sigan siendo únicos cuando ya has visto ya 50 gasolineras, 100 moteles y 300 cafés. La Ruta 66 son las personas.
C: Pensamos que cada uno de ellos es un icono por sí mismo de sus pueblos, de sus zonas, de sus estados. En el caso de Angel, es el precursor de la denominación oficial como trazado histórico del tramo que conecta Seligman con Kingman. El esfuerzo que hizo Angel, creando una asociación, convocando a todos los socios y asistiendo a innumerables reuniones hasta que les hicieron caso, es de incalculable valor, así como todo el trabajo que viene realizando desde hace 40 años por mantener ese trazado. Harley es un personaje muy peculiar. Su modo de vida, quizá no case demasiado bien con la de los vecinos de su zona, ni siquiera de su pueblo, y eso le hace único. Es un auténtico redneck que mantiene sus principios y su estilo de vida, fiel a sus valores, renegando del capitalismo que un día le intentó abordar. Es el mayor espectáculo que encontramos a lo largo de toda la Ruta, y es otra visión más hippie si se quiere ver así, de la historia que contamos en el documental. En el caso de Lowell, nos pareció tan entrañable que gastase todos sus ahorros en reconstruir su pueblo de nacimiento, que no podíamos obviar ese testimonio. Los tres tienen una visión muy distinta y sus experiencias vitales también han sido distintas, pero el nexo que une a los tres, es el empeño individual por conseguir repoblar un pueblo, una ruta, que no dejara de existir lo que vivieron y recorrieron junto a sus antepasados
“El rodaje fue muy intenso y se llevó a cabo en 12 días”
Cristina Vivó
¿Cuánto tiempo duró el rodaje del documental?
A: Poco, muy poco. Fue un rodaje muy intenso. Dos semanas de grabación a lo largo de esos 4.000 kilómetros. Fue una locura, pero lo disfrutamos como si fuéramos niños.
C: El rodaje fue muy intenso y se llevó a cabo en 12 días. Fueron jornadas muy duras de muchas horas y con condiciones climatológicas no siempre favorables, además, al ser invierno las horas de luz que teníamos eran escasas, así que, eso supuso muchos madrugones en la mayoría de los casos. A pesar de los 4.000 kilómetros y de los cambios de alojamiento diarios, con todo el equipo, sumado al cansancio, los cambios horarios que vivíamos en cada estado y a no saber muy bien en qué hora vivíamos (risas) fue un viaje personal irrepetible por la compañía, y una experiencia profesional inolvidable, por el contexto, por el trabajo y de nuevo, por la compañía.
¿Por qué hacer un documental de La Ruta 66, no os dio miedo?
A: ¡Para nada! El hecho de que fuera un proyecto tan distinto a lo que estamos acostumbrados lo hacía más motivador. En inglés, con entrevistados que no son excesivamente tecnológicos y con los que cuesta siempre más contactar, a 10.000 km de casa y a lo largo de los 4.000 kilómetros de la Ruta 66, con cambios climatológicos desde el sol del desierto hasta la nieve que nos cayó en Missouri, con menos días de rodaje de los que habríamos querido…
Todo eso hizo del proyecto algo que recordaremos siempre, y fue una de las razones por las que nos fuimos a rodar. Lógicamente confiábamos en el proyecto y pensábamos que tenía muchas posibilidades, pero si al final no conseguíamos nada con esta película, al menos habríamos vivido una de esas experiencias que siempre recordaríamos. Y eso ya no nos lo quita nadie.
C: En absoluto. Profesionalmente era un reto producir un proyecto a 10.000 km de distancia de nuestras casas. Las condiciones fueron duras, el idioma siempre es un pequeño handicap aunque no tengas problemas a la hora de comunicarte, la diferencia horaria…toda la preproducción fue más costosa que cualquier otro proyecto que hayamos hecho en España, obviamente. Pero por lo demás, resultó muy motivador ir “a lo desconocido”, sin saber qué nos íbamos a encontrar ni a quién. Ni siquiera sabíamos cómo iban a ser las entrevistas con los tres protagonistas ya pactados. Y afortunadamente, Ana sacó lo major de ellos. A la vista está (risas).
“Nosotros vamos a lo que no se ve tanto, a intentar mostrarla desde otra mirada, porque al final, lo que hace mítica la Ruta 66 son las personas que viven en ella y las historias que te cuentan”.
Ana Ramón Rubio
El documental ha ganado el Premio al Mejor Documental en el Festival Internacional de Cine de Arizona. ¿Cómo fue la reacción del público, os esperábais el premio?
A: El público de Arizona quedó muy impresionado con el documental. Yo creo que al principio hubo bastantes curiosos que se acercaron simplemente para ver qué era eso que unos españolitos habían hecho sobre su amada Ruta 66. Pero les tocó mucho, porque muchos de ellos nunca habían visto la Ruta 66 que nosotros mostramos en la película, o no habían caído en que ese era el estado real de algunos de los pueblos y ciudades. Sabían, eran conscientes, de que se estaba despoblando en muchas zonas, pero es distinto saberlo que verlo de una forma tan clara.
En general, como público, estamos muy acostumbrados a ver la Ruta 66 como algo icónico, como un trazado turístico: nos suelen enseñar lo que vende, lo que te hace comprar un vuelo hasta Chicago para recorrerla o contratar un viaje guiado. Nosotros vamos a lo que no se ve tanto, a intentar mostrarla desde otra mirada, porque al final, lo que hace mítica la Ruta 66 son las personas que viven en ella y las historias que te cuentan.
C: Por lo que me contó nada más salir de la proyección, y por el tono de voz con el que me lo contó, puedo asegurar que fue estupenda. El público en Arizona estuvo entregado a la película, a pesar del miedo con el que íbamos. Ten en cuenta que mostrábamos por primera vez al público americano, una visión sobre la historia de su país. No teníamos ninguna certeza de que la acogida fuera buena. Pero afortunadamente, así resultó.
“Es un documental muy visual, muy de fotografía, con esos planos estáticos, pausados…”
Cristina Vivó
Cristina Vivó nos cuenta cómo fue el rodaje
Las imágenes son tan bonitas, tienen tanta fuerza que supongo que habrá sido muy difícil en la postproducción escoger las tomas de recurso que utilizar. ¿Hay mucho material que no se pudo incluir en el metraje final, lo veremos en una futura edición en dvd?
A: ¡Muchas gracias! La verdad es que el montaje fue menos complicado de lo que esperábamos, pese a que teníamos muchísimo material y había muchas partes que descartar. Pero conforme empezamos a unir la historia, las piezas iban encajando solas. Durante el trazado entrevistamos a más personajes y al final no todos pudieron formar parte del metraje final porque queríamos profundizar más en cada uno de ellos.
Y respecto a si lo veremos en una futura edición en DVD, la verdad es que ahora mismo no estamos pensando en eso. Estamos terminando la promoción de Almost Ghosts a través de festivales, preparando estrenos en algunas salas de cine, y a partir de ahí no sabemos por qué camino seguirá el proyecto.
C: ¡Gracias!. Sí, así lo creemos. El trabajo que Celia y Carlos (directores de fotografía) consiguieron, es espectacular. Es un documental muy visual, muy de fotografía, con esos planos estáticos, pausados… creemos que así lo requería la historia. El montaje no fue demasiado complicado ya que una vez trazamos el hilo argumental de la historia, todo iba encajando. Aunque sí es cierto que quedaron cosas fuera, porque había muchas horas de grabación. Entrevistas que finalmente no encajaban en el groso de la historia, y planos que también se quedan para nosotros. Pero el 99% de lo mejor de lo mejor, está en Almost Ghosts. Si el resto lo veremos en DVD… aún no lo sabemos. Estamos en otro punto del documental, finalizando circuito de festivales y con las miras puestas en el estreno comercial en sala. Cuando lleguemos ahí, ¡prometemos contártelo! (risas)
¿Los protagonistas del documental han podido ver el resultado, cuáles han sido sus opiniones?
A: ¡Todavía no! No son personas excesivamente tecnológicas, así que queremos que lo vean en un cine, queremos que tengan la experiencia completa de visionado del documental. Lo verán cuando lo llevemos a sus ciudades, que va a ser muy pronto.
C: Aún no, porque esperamos prepararles un estreno en pantalla grande como ellos se merecen. Dentro de muy poco quizá podamos anunciar ya esos estrenos donde ellos, por supuesto, serán los protagonistas, y ojalá puedan ir a presentar la película en cada uno de sus pueblos o estados. Sería un gran honor para nosotros.
Ana Ramón Rubio nos cuenta cómo vivió el rodaje de Almost Ghosts
Después de un trabajo tan intenso, pese a su corta duración, supongo que ya tendréis algo nuevo en mente. ¿Volveréis al documental, a la serie (como en La Vall) o a la webserie (como en Todos quieren matar al presidente)?
A: En mi caso, yo ahora mismo estoy con el montaje de un proyecto documental que rodé en abril en EEUU, “Somewhere East Jesus” que habla sobre el último lugar libre de América y preparando un proyecto de serie digital, todavía en fase de desarrollo.
C: De momento estoy centrada en la distribución y producción de Almost Ghosts que nos ocupa la mayor del tiempo. Cuando avancemos más en ese sentido, quizá me plantee otras cosas. En cuanto al formato, volveré a cualquier proyecto en el que crea o en el que me divierta. No me importa tanto que sea una serie, un largo de ficción u otro documental, porque aunque sí ha sido mi primera experiencia en este formato, me ha encantado.
¿Habrá distribución por alguna de las plataformas actuales de streaming?
A: Esperemos que sí, pero como te decía, todavía no hemos llegado a esa fase. Aunque lógicamente pensamos que las plataformas de streaming son la salida más lógica para una película como esta. La Ruta 66 interesa mucho en Estados Unidos, pero también en Asia y en Europa, así que sí pensamos que una plataforma sería un buen final para el recorrido de ‘Almost Ghosts’.
C: Te mentiría si dijera que no es uno de nuestros objetivos. No sabemos qué pasará porque no estamos en esa fase todavía, y pienso que aún queda un poco para llegar ahí. Al final haces esta clase de proyectos para que la gente lo vea. Si te gusta el cine, si te quieres dedicar al cine, lo haces para mostrar tu punto de vista, tu trabajo a los demás. Así que, si hoy en día las plataformas digitales, de streaming o de contenidos a la carta es lo que demanda el público, pues allá que iremos.