Asedio es la última película de Miguel Ángel Vivas, un filme lleno de acción, drama y verdad. Una historia llena de capas con Natalia de Molina en un papel totémico. Un guion llenos de capas, donde no los buenos pueden no ser tan buenos y los malos tan malos. Una excelente metáfora del mundo que nos ha tocado vivir desde el prisma de la acción cinematográfica.
Su director charla con nosotros tras no haber podido acudir al preestreno en València por estar indispuesto. Hablamos por teléfono, aun con el shock de haber visto la película y seguir recordando sus múltiples aristas. Una historia que imaginaron José Rodrigo y el propio director y que plasmó en el guion, Marta Medina. “Ha sido un trabajo de muchísimo tiempo, hemos estado ahí a cuatro manos trabajando en el guion. Yo tenía muy claro lo que era la estructura de la película, la historia”, señala el director.
El realizador siempre le da mucha importancia al trabajo en equipo. “A mí me apetecía trabajar con alguien que me provocara, Marta es amiga y es una crítica muy buena que sabe ver más allá de las películas; le conté lo que quería hacer. Le dije que si le gustaría hacer esto conmigo, le encantó y estuvimos un año viéndonos prácticamente todos los días. Al igual que trabajé mano a mano con el montador, el director de fotografía, el productor…”
El coronavirus nos cambió a casi todos la forma de entender la vida que nos rodea, de priorizar y de cambiar de ideas. “Le plantee la historia a Enrique, plateamos la historia con José, pero con lo que pasó con el coronavirus creo que nos cambió a todos, y yo ya estaba en otro momento emocional, y quería contar otras cosas en la película. Y por eso llamé a Marta y le conté lo que quería hacer; digo, vamos a meternos en esto, le encantó la idea y se metió conmigo a preparar la pregunta”, explica.
Natalia de Molina está increíble en su papel de Dani, una antidisturbios que tiene que realizar un alzamiento (un desahucio) y algo se tuerce en ella cuando descubre algo, y desde ahí comienza una trama mucho más abierta y expansiva de lo que cabría esperar en un filme de acción. “Lo tenía clarísimo desde el principio que quería a Natalia, igual que la mayoría de actores han salido de casting. Se lo conté al productor, a Enrique, le encantó la idea y me dijo: perfecto, le mandamos el guion, pero como ya íbamos con prisa para preparar la película, ve pensando en un plan B, porque a Natalia de Molina le ofrecen todo lo que se hace en el cine español. Le di vueltas y le dije a Enrique que no podía pensar en un plan B, es que el papel era para Natalia”
“Es un plano secuencia de dieciocho minutos o por ahí”
Miguel Ángel Vivas
Vivas no abandona en ningún momento la acción, es un director al que le gusta arriesgar, llevar la verdad del rodaje a la sala de proyección. Siempre con esa idea inmersiva en el cine, en la que el espectador se sienta parte de lo que está sucediendo en el filme. Y la llegada al edificio de los policías es brillante, adrenalínica y desasosegante. “Sí, plano secuencia de dieciocho minutos o por ahí”, señala.
Esa escena te consigue mantener en tensión, sin que puedas apartar la mirada de la pantalla, esperando a lo próximo que pueda suceder en sus pasillos y escaleras. Un plano secuencia espectacular. “Preparándolo mucho por un lado, yo me fui una semana entera todos los días al edificio. El sitio es de verdad, los vecinos son increíbles, me abrieron las puertas, me invitaron a té a pastitas, yo era el loco que iba por ahí: qué es para una película y me iba de un lado al otro”.
Gracias en parte a esa labor de campo todos parece tan real. “De ahí fui planificando el plano secuencia, porque sí quería eso de la experiencia, que vivas una experiencia más que te cuenten una historia, eso con el plano secuencia ayuda muchísimo, el corte lo que hace es recordarte que estás en cine viendo una película”
Dieciocho minutos de plano secuencia son muchos, cualquier cosa puede fallar. “Fue un día entero y no repetimos mucho, ensayamos muchísimo todo el día, ocho horas de ensayos y una hora de rodaje. Sí pedí mucha verdad, nadie salió herido, pero los empujones son de verdad, las patadas son de verdad, las cargas que se hacen son de verdad, por eso no podías repetir mucho. El 80 por cierto está rodado en el edificio, hasta el sótano”, recuerda el director.