
¡Seguimos con el Día del Espectador! Y esta semana traemos el corto, Oklahoma 120 (2019), y hablamos con su creador, Javier Guillot de este trabajo y de sus planes de futuro. Sed bienvenidos.
Vi el último cortometraje de Javier Guillot, El Espatacriaturas hace algunos meses en un festival de cine (ojalá vuelvan pronto), y me gustó. Un acercamiento al fantástico desde el folclore valenciano, algo novedoso. De lo local a lo universal. En aquel trabajo se veía una buena producción y mucho tiempo de rodaje, pasando por un vestuario digno de la fantasía de la que trataba.
Hoy en cambio Guillot nos trae un cortometraje pequeño; sencillo, rodado en el confinamiento y con un talento que demuestra que cuando se tienen menos medios salen obras más interesantes. El director te hará replantearte tu relación con Internet, como ya lo hacía Nacho Vigalondo en Open Windows (2014) o más recientemente Daniel Goldhaber en Cam (2018, disponible en Netflix).
Javier Guillot, director del cortometraje Oklahoma 120
“Qué pasaría si realmente tras cada uno de nuestros aparatos electrónicos hubiera alguien escuchando, vigilando, silenciosos y paciente, controlando cada uno de nuestros movimientos y dispuesto a hacer el mal”
Javier Guillot
¿Cómo comenzaste en el mundo del cortometraje?
Me inicié en el mundo del cine como sonidista en el cortometraje Invertido (2016) de Alex Gascón. Fui alternando rodajes como sonidista y efectos especiales trabajando para jóvenes directores como Josep Rodglá, Tony Molina, Lluis Ortega, entre otros, con proyectos de investigación audiovisual, como videomappings en obras musicales de The Botet’s Band o en edificios como en el Centre Cultural El Carme o en la Universitat Politécnica de Valencia.
En 2018 inicio el proyecto Espantacriaturas (2019), lo que sería mi opera prima tanto a la dirección como en la producción y guión. Posteriormente he realizado el episodio piloto de una webserie titulada El Secreto del Ataúd.
El cortometraje Deimos (2019), ganador de los premios Mejor cortometraje, mejor guion, mejor director, mejor actor y mejor actriz de la IV Gala de Premios Melies, el cortometraje online Oklahoma 120 y actualmente me encuentro desarrollando un par de cortometrajes más.
¿Cuáles han sido tus referentes e influencias?
Mis referentes e influencias creo que en su mayoría vienen del cine con el que he crecido, principalmente cine de aventuras y fantástico, en el que el máximo exponente podría ser Steven Spielberg y sus obras icónicas como Indiana Jones, Hook o Jurassic Park. Me he criado viendo cine de aventuras de los 80s y 90s, y en gran parte, creo que mis proyectos podemos ver un reflejo de esas obras.
Aunque no todas las influencias forman parte del siglo pasado, pues también creo en mi trabajo se pueden notar influencias del mundo de los videojuegos, que cada día se parece más al cine, y de directores más actuales e indies, como Edgar Wright, donde siempre tengo de referencia esa película homenaje a la cultura pop que combina todos los géneros que es Scott Pîlgrim Contra el Mundo (2010) o Guy Ritchie en U.N.C.L.E y RocknRolla.
¿De dónde sale la idea del cortometraje?
La idea de Oklahoma 120 surge de lo cotidiano, de algo que a día de hoy creo que nos ha pasado a todos. ¿Nunca os ha pasado que estáis hablando de algo con un amigo o familiar, y de repente, te pones a navegar por Internet o a ver tus redes sociales, y los anuncios, todos o la gran mayoría son sospechosamente sobre lo que habías estado hablando?
Esta historia surge de eso,ha sido rodado en abril de este año. De momento, ya forma parte de diferentes festivales sobre el confinamiento como de esas malditas cookies, del qué pasaría si realmente tras cada uno de nuestros aparatos electrónicos hubiera alguien escuchando, vigilando, silenciosos y paciente, controlando cada uno de nuestros movimientos y dispuesto a hacer el mal.
“Vais a encontrar un mensaje detrás de todo, el mensaje de que, aunque vengan tiempos malos, aunque no podamos salir de casa, seguiremos haciendo cine con los recursos que tengamos a mano”
Javier Guillot
¿Cómo fue la reacción del público, crítica y qué recorrido tuvo por festivales?
El corto es relativamente nuevo, pues Create en casa, donde se presentó el pasado 3 de mayo, o el festival de cortometrajes Confinafesty esperamos poder verlo en futuros festivales a los que se ha presentado.
¿En qué estás metido ahora?
Pues, ahora en abril íbamos a meternos a rodar un cortometraje, pero nos ha tocado aplazarlo por la crisis sanitaria en la que nos encontramos, así que digamos que actualmente, me encuentro en fase de preproducción “muy avanzada” de un cortometraje titulado La Reserva, un thriller de terror que sucede en un hotel aparentemente normal, donde una pareja va a pasar un fin de semana.
Tras esta premisa, aparentemente típica, se oculta un corto muy intrigante, con unos temas muy actuales y cargado de mucha crítica social. Por otro lado, estoy preparando otro cortometraje situado en un mondo postapocalíptico en el que la tierra se ha quedado sin agua, pero este se encuentra en una fase más
¿Qué nos vamos a encontrar en tu corto?
Pues en el cortometraje Oklahoma 120, os vais a encontrar muchas cosas en sus apenas 5 minutos. Lo primero, os vais a encontrar un corto rodado íntegramente durante el confinamiento.
Es decir, que todo el proyecto ha sido organizado a través de documentos y un grupo de WhatsApp, donde las actrices además de actuar han tenido que hacer de todo el equipo técnico y grabarse ellas mismas.
Vais a encontrar un corto de terror que os va a hacer reflexionar sobre la privacidad en estos tiempos que corren. Vais a encontrar una banda sonora original donde el compositor ha cuidado hasta el último detalle, de forma que si estamos atenta a ella nos puede contar cosas, pero cuidado que lleva spoilers.
Y, sobre todo, vais a encontrar un mensaje detrás de todo, el mensaje de que, aunque vengan tiempos malos, aunque no podamos salir de casa, seguiremos haciendo cine con los recursos que tengamos a mano, seguiremos contando historias, seguiremos defendiendo nuestra cultura.
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