Recuerdo aquel día como si fuera ayer; mi amigo Borja me dijo que en València se iba a presentar la última consola de SEGA: la deseada Dreamcast. Era 1999, estábamos en los albores del nuevo milenio, y aquello sonaba genial. La videoconsola de SEGA, lo tenía todo: una gran potencia, conexión a Internet, algo con lo que flipábamos, y juegos de recreativa como nunca antes vistos. Borja, su padre y yo, fuimos hasta alguna nave industrial acondicionada para la ocasión, ahora no recuerdo dónde, y allí dentro estaba la flamante consola.
Había varias Dreamcast con juegos para probarlos. No era, ni mucho menos, los años dorados del gigante azul, pero SEGA, seguía siendo SEGA, y no escatimaba presupuesto en sus presentaciones. No me la compré en su momento por dinero, tampoco tuvo mucha vida útil, nos abandonó en 2001, pero desde ese momento la consola se transformó en un objeto de culto: era la última consola de SEGA, con ella moría un tipo de negocio, y desaparecía la batalla de los 16 bits que marcaron a varias generaciones en los 90. Enrique Segura era y es, uno de esos enamorados de Dreamcast, es por ello que le ha dedicado un libro entero, Dreamcast: El sueño eterno (Dolmen). Hemos hablado con él desde la nostalgia de unos tiempos que no regresarán.
¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre la añorada y fantástica Dreamcast de SEGA?
Ante todo se trataba de una deuda personal que tenía desde hace mucho tiempo. Siempre quise escribir un libro sobre Dreamcast, o por lo menos tener uno en Castellano que me contara cosas sobre la que siempre ha sido mi consola de videojuegos favorita. Sin embargo, los años pasaban y pasaban y seguía sin aparecer en el mercado ese gran libro en Español sobre Dreamcast que tanto tiempo llevaba esperando.
Creo honestamente que la publicación de este libro ha venido a reparar una injusticia histórica: ya era hora de que alguien se animara a escribirlo, y he tenido que ser yo. Solo espero poder estar a la altura de lo que tanta gente estaba esperando y demandando desde hace años. Soy plenamente consciente de que este libro quizá se podría haber escrito mejor, pero nunca con más cariño y respeto del que yo siento por Dreamcast y por Sega.
“Sus juegos siguen siendo divertidos e impactantes 20 años después, frescos y originales, y eso es porque supieron adelantarse a su tiempo muchísimos años”
Enrique Segura
Todos sabemos que Dreamcast se adelantó a su tiempo. ¿En qué aspectos crees que se adelantó demasiado, sin medir bien los tiempos tecnológicos que corrían?
Para empezar no hay más que darse cuenta de que se trataba de una máquina que te permitía conectarte a Internet (usando simplemente la propia consola y una televisión) en una época en la que las telecomunicaciones, al menos aquí en España, estaban todavía en pañales. Y quizá lo más importante, y que es curiosamente lo que más suele pasar inadvertido, el hecho de que su catálogo de juegos está plagado de auténticas joyas que ya apuntaron muchísimas líneas maestras que en los años posteriores se fueron imitando hasta la saciedad. Se podría decir que Dreamcast ya lo dejó casi todo inventado. Sus juegos siguen siendo divertidos e impactantes 20 años después, frescos y originales, y eso es porque supieron adelantarse a su tiempo muchísimos años.
La consola solamente estuvo activa durante un par de años, fueron sus años de vida efectiva. ¿Cuáles fueron los motivos de su fracaso con la perspectiva que nos da el tiempo?
Dedico un capítulo en el libro a tratar de responder a esta pregunta, posiblemente una de las cuestiones que más se han repetido con respecto a su fracaso comercial. Por resumir el tema y reducirlo todo simplemente a tres causas fundamentales, yo creo que las tres razones que acabaron hundiendo a Dreamcast fueron, en primer lugar, una pésima gestión empresarial interna de la propia Sega, que ya arrastraba pérdidas importantes por culpa de decisiones de dudoso acierto.
En segundo lugar, la piratería, que es innegable que hizo mucho daño a una consola tan atractiva y potente que no había hecho más que salir al mercado, y por último, el gran acierto en su gestión por parte de la competencia: Sony lo hizo estupendamente bien con su PlayStation y acabó de rematar a Sega con la PlayStation 2. La triste realidad es que Dreamcast nunca fue rival para nadie. Otra cosa bien distinta es que hablemos de la calidad intrínseca de la consola, entonces estamos hablando de otra película bien distinta.
“Es realmente difícil elegir solamente un juego de Dreamcast como el mejor o el más rompedor, pero si tuviera que quedarme con uno por lo que significó y por el salto cuántico que supuso en su tiempo, yo diría que el Soul Calibur”
Enrique Segura
Haces una selección, complicada, de 20 juegos imprescindibles para la consola, Capcomvs SNK, Crazy Taxi o SoulCalibur. ¿Cuál consideras que fue el más rompedor y el más necesario para entender el poder gráfico de la consola?
Es curioso que lo preguntes, porque a diferencia de lo que suele ocurrir con la gran mayoría de las consolas que salen al mercado, Dreamcast recibió algunos de sus títulos más punteros y contundentes nada más aparecer en escena. Nunca se ha visto nada igual: que prácticamente desde el primer día pudieras llevarte a casa con tu consola una joya impecable y perfecta como Soul Calibur ya lo dice todo. Es realmente difícil elegir solamente un juego de Dreamcast como el mejor o el más rompedor, pero si tuviera que quedarme con uno por lo que significó y por el salto cuántico que supuso en su tiempo, yo diría que el Soul Calibur.
Shenmue fue un juego que marcó un antes y un después, podría haber sido la punta de lanza de Dreamcast. ¿Qué nos puedes decir o explicar de este juego de mundo abierto?
Pocas veces se pueden establecer tantos paralelismos entre una consola y uno de sus juegos más representativos: hablar de Shenmue es como hablar de la propia Dreamcast. Shenmue se adelantó muchos, muchos años a su tiempo, introdujo elementos fundamentales para entender el desarrollo de la industria hasta nuestros días, llegó haciendo un ruido estruendoso y se fue esfumándose por la puerta de atrás con más pena que gloria, sin recibir todo el mérito que merecía y sin haber podido demostrar su verdadero potencial. Volved a leer estas últimas frases y ahora sustituid Shenmue por Dreamcast: veréis que todo encaja.
Los juegos de importación fueron otros de los grandes éxitos de las consolas de aquella generación, todo el mundo, incluidas las revistas, hablaban de ellos como una casi entelequia. ¿Qué valor tuviera para la consola de SEGA estos juegos, y cuáles consiguieron llegar a España?
Este tema es complicado y hasta cierto punto doloroso: aún a día de hoy hay mucha gente que sigue sin saber lo que se perdió en su momento. Hay, literalmente, cientos de juegazos que ni siquiera llegaron a salir fuera de Japón. La barrera idiomática los hace injugables en algunos casos, pero también hay otros que sí que se pueden disfrutar perfectamente en tu Dreamcast y no recibieron la más mínima cobertura mediática.
Todos estos juegos (imposible reseñarlos todos por cuestiones evidentes de espacio) suponen un valor añadido de un valor incalculable para Dreamcast. Si tienes la ocasión de hacerte con algunos de ellos te darás cuenta de que aún hay mucho donde escoger para seguir dándole de comer a tu pobre y hambrienta Dreamcast.
“Con la llegada de Dreamcast, los juegos desplazaron del trono a las máquinas recreativas”
Enrique Segura
Dreamcast nació prácticamente como si fuera una recreativa, podías tener tu propio salón arcade en tu casa. ¿Cómo fue tu impresión al ver los mismo juegos que poblaban los recreativos en tu consola, y cómo crees que han pasado los años para estos juegos?
Esto que señalas es fundamental para entender la evolución de la industria y su espectacular crecimiento en detrimento de los salones recreativos: en el momento en que los juegos que te ofrecía tu consola mejoraban lo que te ofrecían los salones recreativos, dejó de existir esa necesidad imperiosa de acudir a los templos sagrados del ocio que eran los salones de arcades, para quedarte en casa cómodamente y disfrutar de una experiencia que en la mayoría de los casos no solo igualaba sino que superaba ampliamente lo que te ofrecían fuera.
Dreamcast supuso un punto de no retorno: con la llegada de Dreamcast, los juegos desplazaron del trono a las máquinas recreativas. Y ese fue el principio del fin de un capítulo importante de la historia del entretenimiento electrónico, no solo en España, sino en el mundo entero en general.
“La triste realidad es que con el paso del tiempo, las compañías dejaron de confiar en Sega poco a poco y fueron dándole la espalda cancelando cada vez más juegos de Dreamcast”
Enrique Segura
La muerte súbita de Dreamcast hizo que se cancelaran juegos en proyecto. ¿Qué supuso eso para las desarrolladoras y qué pasó con esos juegos?
Gran pregunta. Esto da para escribir una novela de misterio. Dedico un capítulo importante a contar esta historia en el libro, o por lo menos lo intento. La triste realidad es que con el paso del tiempo, las compañías dejaron de confiar en Sega poco a poco y fueron dándole la espalda cancelando cada vez más juegos de Dreamcast que, aunque parezca mentira, se encontraban prácticamente terminados.
Algunos de estos juegos acabaron saliendo al mercado cambiando de vecindario y se mudaron a consolas de la competencia (Xbox heredó muchas sagas de Dreamcast, y luego PlayStation 2), pero muchos otros, desgraciadamente, nunca llegaron a ver la luz y acabaron abandonados en el fondo de un oscuro cajón de algún despacho en algún rincón del mundo. A modo de anécdota, decir que aún a día de hoy continúan saliendo betas inacabadas que algún alma caritativa libera en las redes de vez en cuando, dejándonos con la boca abierta y soñando con lo que podría haber sido y nunca fue.
¿Qué es el Beats of Rage?
También le dedico un capítulo aparte en el libro porque es una fuente inagotable de joyas ocultas para la Dreamcast. Es un motor de creación y programación de videojuegos de tipo beat’em up (los juegos popularmente conocidos como “yo contra el barrio” tipo Final Fight o Streets of Rage) de código abierto que te permite crear tu propio juego y ejecutarlo en tu consola, disfrutando de obras de arte dignas de los grandes lanzamientos para Dreamcast de la época. Hay literalmente cientos de juegos programados con Beats of Rage y que ofrecen un espectáculo genial en Dreamcast. Muchos de ellos se pueden descargar de Internet completamente gratis y es relativamente fácil dar con ellos.
También hablas de juegos malos, algo que te honra en tu trabajo, porque está bien sacar también los fallos de una consola, por muy mítica que esta sea. ¿Cuál fue ese juego que jamás debería haber estado en el catálogo de Dreamcast y por qué?
Hablo de este tema un poco de cachondeo en el libro, es como un alivio cómico entre tanto destello de genialidad, pero es algo innegable: toda consola tiene esqueletos en su armario y Dreamcast no era una excepción. Hubo varias basuras infumables que salieron en Dreamcast y lo peor de todo es que por culpa de algunos de ellos todavía hay gente que juzga mal a la consola. No fueron muchos, pero yo aún sigo intentando olvidar el Kiss Psycho Circus, el Spirit of Speed 1937 o el Pen Pen Trilcelon, por citar solamente algunas aberraciones que ensuciaron el nombre de Dreamcast. Pero qué quieres que te diga, hasta estas mediocridades te acababan cayendo simpáticas con el tiempo…
“La Dreamcast 2 no creo que lleguemos a verla, al menos con ese nombre, el fracaso comercial de la Dreamcast original está aún demasiado reciente para Sega como para intentar repetir la jugada…”
Enrique Segura
¿Habrá una Dreamcast 2 o una versión mini con juegos?
Ojalá. Se lleva hablando del tema desde prácticamente el día después en que Dreamcast desapareció por la puerta de atrás, y dependiendo de las épocas y las modas se vuelve a escuchar con más o menos fuerza por Internet y por ahí. Es más una leyenda urbana que otra cosa, pero te diré algo: cuando el río suena, agua lleva. ¿Por qué tanto ruido si de verdad se trata solo de un rumor?…Con el tiempo he llegado a pensar que en realidad se trata de estrategias comerciales y campañas de márketing destinadas a pulsar la opinión pública y tratar de comprobar si aún sigue existiendo interés por la consola y por su legado.
En mi opinión, que vale tanto como la de cualquiera y que por supuesto puedo estar equivocado, creo que la Dreamcast Mini es cuestión de tiempo, dependerá de si la reciente Mega Drive Mini se vende bien. Y la Dreamcast 2 no creo que lleguemos a verla, al menos con ese nombre, el fracaso comercial de la Dreamcast original está aún demasiado reciente para Sega como para intentar repetir la jugada…Pero en este negocio, lo único seguro es que no hay nada seguro. Cosas más raras se han visto…
Cuando te enteraste del final de Dreamcast, ¿cómo te quedaste ante esa noticia tan impactante, dabas crédito?
Es curioso, porque yo fui de los que descubrieron Dreamcast y se compraron su primera Dreamcast cuando la consola ya estaba defenestrada oficialmente por la propia Sega, y en España se puso a la venta a un precio de risa, unas 25.000 pesetas de aquella época. Por lo tanto, yo ya sabía a qué me exponía: estaba apostando por una consola muerta y enterrada de forma prematura, por la que ya no apostaba ni la propia empresa que la creó. Pero el tiempo, por supuesto, pone siempre las cosas en su sitio: sobra decir que jamás me arrepentí y que Dreamcast sigue estando muy viva.
¿Cómo fue el día que descubriste Dreamcast en tus manos?
El final de SEGA como creadora de consolas fue devastador, una pena porque terminaba un ciclo, quizás el más arriesgado en cuanto a probar tecnología. ¿Cómo consideras, con la perspectiva que nos regala el tiempo, que SEGA decidiera abandonar la construcción de videoconsolas tras Dreamcast?
Lo veo como algo inevitable en su momento, no pudo ser de otra forma. Sega estaba en la más absoluta ruina, y solo tenía una opción: o reconvertirse en third party o cerrar para siempre. Afortunadamente las cosas les han ido muy bien con el paso de los años y a día de hoy parece que su situación financiera vuelve a ser bastante buena, aunque eso sí, todavía muy lejos de lo que llegó a ser en sus tiempos de auge y grandeza.
Sega es mucho más que una compañía de videojuegos, es una filosofía y una manera de entender el negocio y de hacer juegos. Siempre lo han arriesgado todo y han hecho cosas muy locas, sin importarles demasiado las consecuencias. Se podría decir que Dreamcast fue víctima de los propios excesos de Sega, pero una cosa es inmutable a pesar del paso del tiempo: Dreamcast, al igual que los buenos vinos, solo mejora con el paso de los años, y por desgracia eso es algo que no todos podemos hacer.
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