Por Javier Caro
The Phantoms es una de esas bandas que siempre ha dado la cara en esto del rock, que ha puesto su semilla en un género algo olvidado por los grandes medios nacionales en una ciudad difícil para ello, València. Rock psicodélico con pinceladas de punk vistoso y rabioso. La primera vez que coincidí con ellos, esa aura de banda de rock les antecedía. Fue en la radio, en mi programa Amalgamarock; allí hicieron un acústico con tres de sus mejores temas. A los presentes nos conquistaron con esa mezcla de dureza y melodía, sin perder su esencia psicodélica, quizás su gran seña de identidad.
Txus Bixquert, líder y factótum del grupo, repasa con nosotros parte de esta banda que el año próximo cumplirá 30 sobre los escenarios. Una proeza que solo se puede entender desde una banda que ama el rock.
¿Cómo surge la banda en vuestro pueblo Xirivella en 1996 y por qué?
The Phantoms nace de la rabia, de la rebeldía y de las ganas de transmitir y vomitar emociones de varios jóvenes salidos de un barrio humilde, multicultural y multiracial como es el Barrio de San Ramón (Xirivella, en el extrarradio de Valencia). Con unas raíces musicales familiares muy fuertes por algunos de nosotros, y en plena época de tribus urbanas, con todo lo que ello significaba.
Entender la música rock como una manera de luchar y pelear por defender un estilo de vida, y unos ideales que les había atrapado desde muy jóvenes y que les canalizaba esa rabia y esa hermandad tan inocente, y tan propia de aquella edad en aquellos años pasados. Todo eso acabó desembocando en “Phantom Lord” (1990-1996) y posteriormente en “The Phantoms” (1996 hasta hoy en día)
Uno de los grandes hitos de la banda, fue sin duda, aquel himno para el 90 aniversario del Levante UD. ¿Cómo surge la creación de aquella canción y cómo fue su presentación?, ¿fue un buen empujón para la banda, o en realidad no tanto?
Lo del Levante UD fue todo un compedio de casualidades… Yo soy granota de cuna. Mi padre jugaba en los Juveniles cuando subió a primera división la primera vez en 1963, y desde muy joven siempre me ha llevado al Ciutat de Valencia sin perdernos ninguna temporada, y apoyando al equipo incondicionalmente. En 1997, The Phantoms, fuimos a grabar la canción A Valencian Night a los estudios APK de Quart de Poblet, con Octavio Hidalgo por haber sido finalistas del concurso Música Jove 97. Tras ello, le preguntamos cuanto nos costaría grabar el Himno del Levante UD en versión rock, ya que nosotros la tocábamos en el local mas acelerada, y nos dijo que 10.000 pts.
La grabamos en un día y tuvimos el máster en un cajón casi 2 años, ya que realmente la hicimos para nosotros, sin ningún interés comercial, aunque sí que la grabaríamos posteriormente para algún seguidor granota que nos la pedía en cinta de cassette. Recordemos que el equipo estaba en aquel tiempo en Segunda División B, y en el campo éramos 2000 o 3000 personas, y todo era más familiar, nada parecido socialmente a lo que hoy en día es la institución por la gran evolución que ha tenido en los últimos 25 años.
Por circunstancias llegó a manos del Relaciones externas del Levante UD, José Vicente Ballester y del crack Javier Perez Sala (en aquellos momentos locutor en la 97.7 Valencia, emisora valenciana) editándola en el CD del 90 Aniversario junto al himno oficial, del cual se hicieron, creo recordar, 5.000 copias. Tras 6 años, en 2005 y posteriormente en 2007 fuimos invitados a tocar en el estadio en sendas presentaciones, y para mí personalmente fue un sueño.
En lo de que si nos benefició, o no pues, es evidente que para la gente del Levante UD genial, para los que no lo son pues no tanto (es cierto que en alguna ocasión hubo indeseables que nos estigmatizaron por ello), y para quienes realmente les da igual el fútbol, ni frío ni calor. Pero bueno, yo muy orgulloso de haber llevado adelante aquel proyecto, hecho de corazón y totalmente altruista. Donde realmente me encantó formar parte de la historia musical del Levante UD, mi equipo, mi gente y mi afición, y todo gracias a mi padre por haberme hecho del club con más sentimiento del mundo, y que sin él nada de esto hubiera existido.
Tardáis hasta 2008 en editar vuestro primer Ep, Come to valencian night. ¿A qué es debida tanta espera para editar un Ep de cinco canciones?
El EP A Valencian Night es un recopilatorio de canciones sacadas en otros singles o discos promocionales. Ese EP se editó como reflejo de lo que había sido la movida rock en los 90´s en Valencia. Su temática en sí es una invitación a la misma, y a la que fue la fiesta nocturna de aquel tiempo. Cuando lo sacamos en 2008, era ya por desgracia más una añoranza o un homenaje a aquella época que algo actual. Aun así, y por mucho que pase el tiempo, siempre existiremos nostálgicos que seguiremos manteniendo viva la llama underground de nuestra ciudad en contra del tiempo, de las modas y del capitalismo de las mismas.
El grupo ha sufrido, a lo largo de su historia, bastantes cambios de formación, ¿a qué crees que ha sido debido, y cuál ha sido la formación más estable y que mayores frutos ha dado a grupo?
La banda como cualquier otra, ha sufrido cambios de componentes, de hecho ahora mismo estamos inmersos en una regeneración profunda con Paco Roig al bajo y José Montoro a la batería. El primero lleva un año en el grupo, y el segundo sólo un par de meses, pero ya auguro grandes éxitos con este par de monstruos, y sobre todo grandes personas comprometidas a tope con The Phantoms. Los cambios en las bandas son algo normal, porque la vida es cambiante para todos y no siempre sentimos o pensamos igual.
Con respecto a la pregunta, si que te diré que la mayoría de la gente que pasa por este grupo, aunque la abandone por cuestiones personales, nunca deja de ser un “phantom”. Todo aquel que siente la banda como suya, tras pasar por ella, sigue formando parte de la misma. Con respecto a la formación mas estable, y que mayores frutos nos ha dado, no sería justo decantarme por ninguna y de hacerlo sería por la actual. Pero si que tengo que decir que alguien que siempre formará parte de la familia “Phantom”, es Alberto Payán, que estuvo casi 10 años siendo un pilar indiscutible, y que hizo crecer a la banda brutalmente aparte de ser un gran amigo mío.
Por fin en 2013 editáis vuestro primer álbum, llamado con mucho acierto, The Phantoms. ¿Era un compendio de canciones antiguas o únicamente había material nuevo?
Lo bonito del LP de 2013 es que es un disco que tardó en llegar, por el tema de los cambios de componentes, sobre todo en la banda, y que refleja totalmente lo que es la esencia de base del grupo, ya que son temas que abarcan desde el principio de nuestra historia hasta el momento de la grabación.
Por lo tanto, sí había temas nuevos como: Benidorm Nights o Blind of Wine in a Midnight Train, y otros más antiguos como: You Are Very Strange, Contradiction, You Way Now o Lost in the Time, incluso algunos como The Love Die to Live u Obscure Dreams, que ya fueron grabados en 1998 en una maketa-single en La Sala Ensayos de Valencia, con motivo de ser finalistas en un concurso (Rookies 98).
Detrás de cada canción o temática hay un trozo de lo que es el espíritu de The Phantoms, y todas juntas aunque convergen en ese mismo ente, tienen personalidades distintas e historias divergentes que aúnan en tiempo y forma a la banda en ese preciso momento, el momento de su nacimiento como LP homónimo.
Hace muy poco, en 2015, sois teloneros de la mítica banda inglesa, Flesh for Lulu. Por cierto, a los pocos meses murió, Nick Marsh, el líder de la banda. ¿Qué recordáis de aquella noche, cómo fue el concierto y el trato con la banda?
Aquel concierto fue de los mejores del grupo que yo recuerdo. Todo ocurrió gracias a Tony El Gitano que confió en nosotros, y nos llevó de artistas invitados. Buen sonido, una sala mítica (La Spook Factory) con gente de puta madre, y un grupazo histórico que sonaba de muerte. El trato con ellos bien, correcto, con la típica distancia de los grupos con ese glamour histórico, pero genial la verdad.
De todo lo acontecido me quedo con el público de aquella noche, que fue espectacular y nos hizo vibrar con ellos, evidentemente con el gran directo de los Flesh For Lulu, pero sobre todo el poder haberlo compartido con el resto de los que formábamos entonces la banda. Descanse en Paz Nick Marsh…
Phantom republican State es vuestro último trabajo, con él habéis hecho la gira más larga e importante de la banda. Contadnos un poco cómo ha ido.
Phantom Republican State es un trabajo politizado y reivindicativo. Sobre todo es un homenaje a quienes lucharon contra el fascismo en la guerra civil Española. Es un disco controvertido porque hoy en día la gente no suele posicionarse tan abiertamente con nada. Prefiere estar en medio y estar a buenas con todo el mundo, y no significarse mucho públicamente.
También el EP es una crítica directa a las bandas tributo ,y contra el mal que hacen directa o indirectamente a la creatividad de aquellos que intentamos y luchamos por tener nuestra personalidad propia ante sucedáneos que zombifican a un público por desgracia, hoy en día carente de descubrir nuevos temas y por ende, partícipes directos de destruir el relevo generacional en el underground y el rock en general.
La psicodelia siempre está presente tanto en las letras, como el las melodías y el artbook de la banda, ¿cómo es el proceso de creación de todo esto, es difícil mantener una línea estética con mucho sello personal?
La psicodelia rock siempre está presente, como bien dices en el espíritu de The Phantoms. Nos gusta tener espacios musicales en los conciertos donde divagar y explayarnos cada uno como sintamos en ese momento. Al igual que el art book de los discos está siempre impregnado de ese espíritu sesentero saturado, del cual se nutren la mayoría de mis diseños e ilustraciones, que es de donde sale toda la creatividad de los mismos.
Pese a tener influencias evidentes, siempre intento crear y seguir un estilo propio, tanto en los diseños como en el tema musical, ya que es la base de lo esencial a la hora de tener una personalidad única y propia. Sin ella, eres víctima de acabar siendo una parodia de otros.
Este año estáis de aniversario, 30 años, ahí es nada. ¿Qué vais a hacer para celebrarlo?
En 2020 hará 30 años que empecé a formar lo que fue el germen de The Phantoms. Primero con pequeñas formaciones como Infernal Devastation o Destroyer, hasta llegar a Phantom Lord, con el que estuvimos desde 1991 hasta 1996, y fue la prehistoria de The Phantoms.
Nos gustaría hacer un documental desde aquel tiempo hasta ahora, y también quizás grabar un CD en directo cerrando una etapa, y empezar otra con la nueva formación.
Al final sea lo que sea lo que la banda decidamos, como marca nuestra esencia y nuestro espíritu, siempre será impredecible pero al mismo tiempo, inevitable.
¿Cuáles han sido los grupos que más han podido influenciar en The Phantoms?
¿Si tuvierais que elegir un concierto, con cuál os quedaríais?
Yo me quedaría con muchos, pero sobre todo con dos. Uno fue el que hicimos en Noviembre de 1995, en Roxy Club con Phantom Lord, cuando nos cogieron en lo que era el concurso con mas repercusión mediática en aquel tiempo, el Circuito Rock 95 Cadena 100, donde actuamos junto a los cracks de Morgana Vs Morgana. O con el que hicimos en la Spook Factory en Enero de 2015 teloneando a los Flesh For Lulu con The Phantoms.
Cualquiera de los dos conciertos me vale, porque tanto en 1996 como en 2015, al margen de los eventos y lo evidente de ser en grandes salas míticas y lo que representaba cada uno, en esos momentos la banda estaba muy cohesionada y fluíamos brutalmente. Solo es en ese estado cuando ocurren los momentos mágicos, las improvisaciones perfectas y los recuerdos inolvidables. Son las mismas sensaciones las que hoy en día tengo con Paco y José y que en breve podréis disfrutar en directo, ya que The Phantoms resurge de las cenizas de nuevo si es que hubo cenizas alguna vez.
Salisteis en El Jueves en una reseña, ¿cómo llegasteis a la revista?
Lo de El Jueves fue algo simple. Tenían un pequeño espacio donde sacaban la maketa de un grupo. Mandamos una por correo, y cuál fue nuestra sorpresa cuando escogieron la nuestra para el Especial de Navidad de 1994. La verdad que como anécdota nos encantó, porque ya entonces éramos seguidores acérrimos de la revista.