Javier Caro

Héroes del Silencio realizaban su último concierto como banda el 6 de octubre de 1996 en Los Angeles. Terminaban así 12 años de actividad y una gira mastodóntica de 152 conciertos. Avalancha (1995), fue el último álbum, un elepé lleno de rock y furia. Héroes se marcharon al Pirineo aragonés a encerrarse a pergeñar su nuevo trabajo.

Su gira anterior, El camino del exceso, los había destrozado y necesitaban un nuevo empujón. A las composiciones del disco se sumó, esta vez en calidad de miembro de la banda, el mexicano Alan Boguslavsky, guitarra de Héroes del Silencio. Hablamos con el mejicano sobre aquel álbum mítico, a la postre el último del grupo, y sobre lo que generó el cambio de productor, pasaron de Phil Manzanera al más rockero Bob Ezrin (Alice Cooper o Lou Reed).

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Héroes del Silencio

Bob Ezrin funcionó más bien como el masterchef, yo le daría un poquito más de crédito a Andrew Jackson (ndr: fue el técnico de sonido) que fue el que solía visitarnos más a menudo en High Wycome (Londres), donde estuvimos los últimos tres meses de preproducción, y Bob pasaba de vez en cuando e incluso en la grabación en el estudio, era Andrew el que se encargaba más de dirigir, de elegir tomas”, recuerda Boguslavsky.

“Bob pasaba como el masterchef a decir: ah muy bien, aquí pongamos un poquito más de esto, un poquito más de lo otro. No le quitaría mérito a Bob, para nada; pero siento que quién aportó más horas de trabajo fue Andrew Jackson”, señala. El cuarto disco de estudio de Héroes se publicó a la vez en veintiséis países, algo impensable para cualquier banda castellanoparlante que hiciera rock.

 

“Podría decir que Avalancha y Días de borrasca son, digamos, canciones que nacieron de mis riffs, de mis cambios, de mis ideas”

Alan Boguslavsky, guitarra de Héroes del Silencio

Con el mejicano de segunda guitarra, la banda recogió toda la garra rockera de algunas de las canciones que ya aparecieron en El espíritu del vino como Sangre hirviendo. “Sí aportamos un poquito más de rock a la banda, que bueno, ya venía sonando desde El espíritu del vino”, explica a este humilde redactor. De las manos de Boguslavsky salieron algunos de los temas más potentes. “Podría decir que Avalancha y Días de borrasca son, digamos, canciones que nacieron de mis riffs, de mis cambios, de mis ideas. Todos aportamos cosas muy importantes para uno de los temas que se hicieron en el disco”, remarca.

En el libreto en esta ocasión no aparecía toda esa iconografía tan zeppeliana que deslumbró, y que dotó a sus fans de símbolos, ideados por Pedro Delgado. Aquí todo era más sencillo, solo unas fotografías de Joaquín Cardiel. Bunbury reconocía en el programa Pasa la vida de Televisión Española, en la presentación del disco en el Centro Cultural Las Delicias de Zaragoza, que “hasta llegar a Avalancha han sido ocho años de búsqueda, de intentar conseguir un sonido personal y único, un sello identificatorio; y ese sonido se puede encontrar en el último disco”.

El grupo ya tenía claro que con éste álbum habían logrado un sonido propio, más allá del que ya habían exhibido. En directo sonaban igual que en disco, Boguslavsky imprimía parte de esa energía. “En la primera parte (en la gira El camino del exceso, 1993-1994) siempre me gustó más tocar más canciones como Los placeres de la pobreza, como El camino del exceso, como Sangre hirviendo, ese tipo de canciones más prendidas, más rockeras siempre fueron mucho más divertidas para mí”, confiesa sus gustos en el setlist.

“Y luego con la gira de Avalancha, pues obviamente estamos hablando de Avalancha, Días de borrasca, Parasiempre, Rueda fortuna…”, comenta. Estaba claro que con él en el escenario el rock iba a brotar. “Sí, a mí me gustaba la línea dura para el directo, las canciones cañeras y como no, siempre las canciones tranquilas venían muy bien, pero me quedo con esas que acabo de mencionar”.

El título parecía hablar de la fuerza que tenía su música. Bunbury hablaba de la elección del mismo en Televisión Española. “Avalancha de motivación, somos un grupo que durante la gira “El espíritu del vino”, pasamos una época tensa, llena de presión por parte de la compañía y tensiones internas del grupo, y tuvimos que coger un poco el toro por los cuernos y automotivarnos; recordar cuáles eran las buenas razones por las que montas un grupo”, remacha el zaragozano.

Boguslavsky era miembro de pleno derecho, su vida había cambiado drásticamente desde que se incorporó al combo. “Yo venía justamente de terminar la grabación con una banda que se llamó El Huitlacoche, que era un power trío por así decirlo, y justo estaba el disco en fábrica cuando recibí la oferta de unirme en la banda. Así que sí hubo un gran conflicto grande dentro de mí al tomar la decisión, aunque sabía que era la oportunidad de mi vida, pues también había un conflicto moral ahí con el resto de mis compañeros de El Huitlacoche”, recuerda.

Por supuesto el cambio tuvo que ser desbordante; Héroes del Silencio eran posiblemente la banda más conocida de la época en español. Los primeros días de Boguslavsky en la banda tuvieron que ser muy emocionantes. “Los primeros conciertos, súper intensos claro, y un cambio radical de uno hacer los típicos bolos donde uno lleva todo, carga los amplificadores, a de repente estar en una banda de primer nivel es muy impresionante, y claro que te puede mover los pies de la tierra”, dice.

Siempre hay conciertos especiales, aunque Héroes realizaron decenas de bolos. “Los conciertos que me quedaría de esa primera gira, la verdad es que son tantos que es difícil puntualizar uno” señala Boguslavsky . “Recuerdas el Rock am Ring; recuerdas presentarte en Madrid, hay conciertos que son un poco más intensos, tantas anécdotas de repente, es que fueron casi 150 presentaciones más o menos. No recuerdo, es difícil señalar uno en particular pero sí me acuerdo de muchas cosas, tanto de los conciertos en salas pequeñas como de los grandes festivales”, indica el guitarrista.

En la presentación en El Centro Cultural de Las Delicias en Zaragoza, ya comentaban la dificultad de componer un álbum con tantos matices, además de su afán de superación disco tras disco. “Todos los discos son de transición y de búsqueda, y supongo que el siguiente va a ser una gran dificultad para nosotros porque nos lo hemos puesto difícil”, explicaba Enrique Bunbury.

La banda reflexionaba en Canal +, en su visita a Nueva York en 1996, sobre la extrañeza que generaba que ellos, una banda de rock, quisieran salir de España a tocar su música. “Creo que lo extraño – comentaba Bunbury –  no es nuestra situación, el querer tocar fuera de España, lo extraño son todos esos grupos que se quedan ahí en España sentados en su silla de la fama, y que no tienen ganas de salir y coger sus guitarras y buscar otros públicos”, sentenciaba.

El éxito fuera sorprendía a la prensa y público, en la presentación del disco Parasiempre (1996), le preguntaban por esa fama extramuros. “Yo no creo que tengamos más éxito fuera; o sea, en el país donde más discos vendemos es en España, donde más fans tenemos es en Madrid, donde más loca se vuelve la gente es aquí en Madrid, Zaragoza, Barcelona, Sevilla que nos tratan muy bien, yo dudo mucho que haya otro país que nos trate mejor”, respondía un cansado Bunbury.

Y todo esto con el idioma cervantino como vehículo. Tony Aguilar se interesaba por esta cuestión, que quizás era la más extraña de cuantas rodearon el éxito de los zaragozanos, en el programa Zona Franca de La Primera. “La verdad es que no sabemos, no tenemos una fórmula”, respondía Bunbury. “Tampoco creo que estos grupos que cantan en inglés lo hagan porque quieran salir fuera, yo creo que lo hacen porque es una forma de expresión que tienen. Hay que respetarla, es igual que los grupos que cantan en catalán o en euskera, o el idioma que cada uno elija”.

Quizás estaban ya aburridos de que siempre les preguntaran por lo mismo. “Nosotros cantamos en español porque es nuestro idioma, y fuera nos han aceptado muy bien, entienden nuestras canciones sin entender ni una sola palabra, es eso, es realmente el lenguaje universal de la música”, resolvía el cantante.

Boguslavsky recuerda aquella época con cariño, se le nota en la voz. En realidad muestra cariño en cada palabra que pronuncia sobre aquella etapa. Con perspectiva es más fácil ver las cosas, pero no cabe duda que la empresa a la que se sumó tuvo que generar mucha presión. “No sé si sentí presión, yo creo que no había tiempo de sentir presión, era tal el ritmo que se llevaba que no daba tiempo a pensar muchas cosas sino a saber que tienes que salir a tocar y que al día siguiente tienes viaje”.

“Que al día siguiente va a ser igual, y eso es una bola de nieve que una vez empieza a rodar, te digo, deja muy poco espacio para ese tipo de reflexiones”, apunta. Quizás no daba tiempo a reflexionar sobre el lugar en el que estaba, pero sí era perfectamente consciente de lo que le estaba pasando.  “Eso sí, saber que era consciente de estar formando parte de algo pues muy importante, que tuvo su relevancia y demás”.

“No sé si sentí presión, yo creo que no había tiempo de sentir presión, era tal el ritmo que se llevaba que no daba tiempo a pensar muchas cosas”

Alan Boguslavsky, guitarra de Héroes del Silencio

Algo tan bonito siempre produce el miedo de que algún día termine. “En cuanto al temor de que terminara, sí porque había momentos donde había mucha tensión donde la banda, donde parecía que eso podía reventar en cualquier momento, y obviamente cuando uno se lo está pasando bien; eso sí, con una carga de trabajo bestial, está pudiendo hacer lo que más le gusta, pues obviamente quieres permanecer en ese estatus”, comenta. El fin de un grupo siempre es algo desagradable.

“Para mí sí fue muy triste y más como terminó todo, yo hubiera deseado que la banda hubiera continuado, y hubiéramos seguir haciendo discos y giras y tal, porque creo que se había conseguido una magia muy bonita musicalmente hablando. Ya la química personal pues es complicado en las bandas son una relación de muchas personas, de muchos sentimientos y de muchas visiones que a veces es difícil de compaginar”, concluye.

Quizás una de las cuestiones más comentadas del disco fue la no inclusión de Boguslavsky en la portada junto a sus cuatro compañeros, ya que era parte del grupo, aunque tampoco estuvo presente en la reunión de 2007. “El motivo por el que no aparecí en la portada, mejor preguntárselo a alguno de ellos, yo te puedo decir lo que fue la explicación que a mí se me dio, y que Juan fue el indicado en llamarme a mi departamento y tener una charla con él para explicarme el por qué no salía en la portada”, comenta.

“Y la razón fue porque ellos sentían que después de tantos años que habían perdido la magia de compañeros, de la ilusión de empezar con una banda de rock, había vuelto, la habían recuperado y a mi sentían que no pertenecía yo a esa magia por así decirlo, ahí fue la decisión de decir que no aparecía en la portada”, remarca el mejicano.

¿Cuáles han sido las canciones favoritas de Alan Boguslavsky de Héroes del Silencio de directo?

 

El tema de la portada no fue baladí, la gente quería ver a Alan con sus compañeros. “Imagino yo que tiene que ver, que tal vez los simpatizantes o fans mejicanos o latinoamericanos, el que no hubiera aparecido yo en la portada de Avalancha no sentó muy bien”, comenta. Por supuesto fue algo extraño y que desconcertó.

“Bueno, incluso yo siento que para mucha gente en España también después de que siempre se me presentaba como el nuevo integrante de la banda, había compuesto y grabado un disco con ellos. El que no apareciera yo en la portada, sí que era un tanto extraño, entonces en la portada que se hizo para Méjico sí aparezco yo. Y también es darle algo diferente a los fans”.

En el  elepé posterior, Parasiempre, no había personalismos.  “Y en el libreto del disco Parasiempre que se edita en España y en Europa, nadie salimos en portada pero sí hay una colaboración de fotografías mía en el libreto, incluso  fotos donde salgo yo. Y de hecho se nos pone en la alineación por orden alfabético, yo creo que eso fue una manera de compensar la falta de mi careto en la portada de Avalancha”, mantiene el guitarra.

Si por algo destacó Avalancha fue por la calidad de sus impactantes videoclips, que nos equiparaba con lo que se hacía fuera. Estaba claro que la proyección internacional del grupo obligaba a EMI a que tuvieran la mejor carta de presentación posible. Siempre hay algún videoclips del que se tiene más cariño, yo siempre he admirado el de Avalancha. “Todos me parecen muy bueno, de hecho el equipo con el que se trabajó fue el mismo para los tres videoclips, que fue Manu Herrero, el encargado de llevar la visión de las canciones a imágenes”, recuerda.

“Si me tuviera que quedar con alguno de los tres (videoclips), me quedaría con Iberia sumergida”

Alan Boguslavsky, guitarra de Héroes del Silencio

“Increíble el trabajo que se hizo en los dos primeros videoclips, primero fue Iberia sumergida y luego La chispa, se hicieron en el mismo set en Madrid, o sea, impresionante lo que llegaron a crear con Iberia sumergida, ese mundo subterráneo fue totalmente fabricado, y luego también el crear este espacio tan lejano, tan diáfano con La chispa adecuada fue también un gran logro”.

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¿Y Avalancha?. “Y ya luego lo de hacer el videoclip en Las Vegas también tuvo su punto, que cada uno de nosotros tuvo su historia distinta y de hecho nadie participó de la historia de los demás. Entonces, recuerdo con simpatía de la grabación, o por lo menos la parte que me tocó a mi del videoclip de Avalancha, pero si me tuviera que quedar con alguno de los tres, me quedaría con Iberia sumergida”.

Por desgracia la banda decidió separarse, aunque por las declaraciones de Joaquín Cardiel en el Hard Rock madrileño para TeleMadrid en la presentación de Parasiempre, él veía un futuro de regreso de Héroes del Silencio no muy lejano. “Queremos que también signifique un punto y aparte en la carrera del grupo, un punto de inflexión en nuestras inquietudes musicales, en nuestra forma de pensar y ver la vida. Y tras este paréntesis, este descanso, pues volveremos con ilusiones nuevas”. No pudo ser.

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