Padre no hay más que uno 3 es sin duda la comedia del verano. Santiago Segura regresa a València para hablarnos de su tercera entrega, que nos traslada a la navidad en la película más divertida de la trilogía. Nos encontramos nuevamente en los preestrenos del Festival Antonio Ferrandis de Paterna.
Santiago Segura nos comentó el año anterior, cuando presentaba A todo Tren. Destino Asturias Que ya estaba encarrilada la tercera parte de Padre no hay más que uno, y que se había concebido en mientras se rodaba la segunda parte.
“Haciendo la segunda nos surgían tramas e ideas que no tenían cabida, porque en una hora y media metes lo que metes”, comenta. “Y entonces decía: cuando ya quieres a una familia o te gustan los personajes; el personaje va cobrando vida, va cobrando personalidad, tiene su personalidad propia. Como escritor nos inspiraba mucho esta familia, por supuesto teníamos la idea. El éxito de la primera fue lo que inspiró la tercera, somos así de originales”
Santiago Segura nos cuenta su pasión por la comedia
El director es un experto en sagas, como la de Torrente, de la que ha realizado hasta cinco partes. “Yo soy muy tiquismiquis con las secuelas, a mí las secuelas de Hollywood me encantan, soy muy de personajes pero yo leo, la secuela la dirigirá no sé quién, éste no es el que ha dirigido la primera y la segunda, y la escriben otros y los actores de las cinco originales vuelven tres. Son secuelas un poco del estudio, y esta secuela sale un poquito del corazón. Comercial, como todas, por supuesto, pero es que los niños se llaman entre ellos. Es que es la familia postiza perfecta que he conseguido”
Es irremediable no ver éste filme y no acordarse del clásico, La Gran Familia (Fernando Palacios, 1962), y en esta entrega incluso hay un guiño más grande todavía a la cinta. “Amo esa película, y ¿Por qué amo esa película? Porque decía que es una película retrógrada, del franquismo; es una película de la época que era, pero es una película muy entrañable. O sea, yo la veo cada navidad porque me encanta, me recuerda tanto a mis padres, que ya no están, me recuerda a esas botitas ortopédicas que llevaban los niños, o sea, yo he vestido así, he vivido en esas calles”, señala.
Santiago Segura fue parte de la generación que vivió el impacto de La Gran Familia en persona. “En esa España que era bastante más triste pero que es tu infancia, entonces esa película me maravilla. Hay escenas que no paro de rememorar, cuando están los once de la familia en la ventana viendo la tele del vecino, que es el único que tiene la tela. Que se da la vuelta, ve que todos están viéndola y cierra la persiana. Y dice el padre: se acabó la tele, a dormir”