David Alba

A estas alturas, dudo de que haya alguien que no conozca una de las sagas más populares del cine, en general, y de viajes en el tiempo, en particular. Como fan irredento que soy de ella, la única manera que se me ocurre compartirla con vosotros es, con el corazón. Lo cual quiere decir, que algunos de mis comentarios no van a ser, para nada, objetivos. Avisados estáis. Así que, subiros al Delorean, y viajemos en el tiempo, para revisitar mi saga (y película) favorita.

HOLA, HOLA ¿HAY ALGUIEN EN CASA EH? ¡¡¡PIENSA McFLY!!!

Eran los 80, y el guionista, y colega de trabajo de Robert Zemeckis, Bob Gale, fue a visitar a sus padres en su antigua casa. Trasteando por el sótano, se encontró con el anuario del instituto de su padre. Gale había ido al mismo que él, pero con unos 30 años de diferencia. Y al hojearlo descubrió que su padre había sido el delegado de su año.

Él mismo ni recordaba quien era el del suyo. Y en ese momento se planteó la pregunta ¿Habría sido amigo de mi padre? El germen de una historia surgió en su cabeza. ¿Y si viajara en el tiempo para conocer a mis padres siendo adolescentes? Gale le planteó la idea a Zemeckis, que le gustó, y los “Bobs” se pudieron manos a la obra con el guion.

Una vez terminado, fueron con el guion a múltiples productoras de Hollywood, con el fin de conseguir la financiación para la película. Y ocurrió algo que hoy nos parecería imposible. Fueron rechazados alrededor de cuarenta veces. Lo más curioso de todo es que, en algunas de ellas, les decían que era un guion muy infantil, que acudieran a Disney, y al hacerlo, en Disney les rechazaban argumentando que era muy adulto para ellos, al contener una “relación” incestuosa entre una madre y su hijo. Madre mía.

Finalmente acudieron a Steven Spielberg, con el cual ya habían colaborado anteriormente en varias ocasiones (suyo es el guion de 1941 (1979) dirigido por Spielberg, por ejemplo), y de hecho ya conocía el guion, el cual le había gustado, pero los Bobs le dijeron que no querían depender siempre de él, y conseguir trazar su carrera fuera de su zona de influjo. Spielberg lo entendió, y cuando volvieron a él intercedió con Shid Sheiberg, en aquel momento mandamás de Universal para que les produjera la película. Por tanto, con la luz verde conseguida, Zemeckis sería el director y Gale el productor (junto con Neil Canton).


¿¿¿¡¡¡ME ESTAS DICIENDO QUE HAS CONSTRUIDO UNA MAQUINA DEL TIEMPO, CON UN DELOREAN!!!???

Lo cierto, es que el film podría haber sido muy distinto de lo que conocemos, por diversas razones. En la parte argumental se cambiaron muchas cosas del guion. Por ejemplo, la icónica máquina del tiempo, que hoy todos conocemos, iba a ser en principio una nevera. Acabaron pensando que los niños podrían imitar las acciones del protagonista, causando posibles accidentes, y posteriormente se sustituyó por el mítico DeLorean. Además, por su aspecto y diseño, este daba la sensación de venir del futuro, con sus puertas de alas de gaviota, y su carrocería de acero inoxidable.

El final también era muy distinto. La máquina del tiempo la tenían que llevar a una zona de pruebas nucleares, con el fin de recargarla, para que Marty volviera al futuro. Toda esta parte se eliminó, principalmente por razones de presupuesto, pues encarecía mucho el rodaje del clímax de la cinta. En su lugar se sustituyó por el rayo que usan Doc y Marty, como se vio finalmente. Por cierto, si a alguien le suena esta combinación (nevera, mas zona de pruebas nucleares), sí, Spielberg recicló/auto homenajeó la idea en su denostada (no por mí, no me odiéis) Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008).

Y en la parte de los personajes también pudo ser bastante distinta. Christopher Lloyd, que encarna a “Doc” Brown, el entrañable científico loco, en principio desechó su participación, pero su mujer le recomendó que probara suerte, que no dejara pasar la oportunidad. Para haceros una idea, podrían haber encarnado a Doc, actores como Jeff Goldblum (futuro científico en La Mosca, 1986, David Cronenberg), Harold Ramis (tres cuartos de lo mismo en Cazafantasmas, 1986 Ivan Reitman), o mi alternativa favorita, John Lihtgow (En los limites de la realidad, 1983, George Miller), entre otros.

Pero el cambio más importante, se podría haber producido en el puesto de actor protagonista. ¿Cómo? ¿Qué no lo sabias? Pues aquí estoy yo para contártelo. Hoy sería impensable imaginarse a otro actor que no fuera Michael J Fox, como nuestro viajero en el tiempo favorito (lo siento fans del Doctor Who), pero la cosa estuvo un poco complicada.

El actor, Eric Stoltz interpretando a Marty Mcfly en Regreso al Futuro

En principio, Zemeckis, Gale y Spielberg, coincidían con que Fox sería el Marty ideal, pero este estaba comprometido con la serie Enredos de familia (1982-1989), con lo cual era casi imposible que sus productores lo cedieran, además de que sería muy difícil poder compaginar los dos rodajes. Entonces tuvieron que buscar alternativas. Un par de ellas fueron Ben Stiller ¿En serio? o C Thomas Howell (este más plausible), entre otros. Finalmente, el elegido fue Eric Stoltz, sugerido por el propio Sheinberg, al cual le había gustado su trabajo en la dramática Máscara (1985) de Peter Bogdanovich.


¡¡¡QUÉ FUERTE DOC!!!

Y sí, se comenzó el rodaje con otro protagonista. La cuestión es, que tanto Zemeckis, como Gale, no acababan de ver a Stoltz en el papel. Este lo abordaba desde una perspectiva mas seria, comparada con la mas ligera y cómica, que estos querían imprimir en el film. La cosa no funcionaba. Entonces, llevando ya unas seis semanas de rodaje, se la jugaron (y mucho), y decidieron prescindir de Stoltz. Con el perjuicio presupuestario que eso conlleva (y tiempo perdido). De todas maneras, se aprovecharon todas aquellas tomas en las que Stoltz/Fox no iban a aparecer.

De hecho, y como muestra, el plano en el que Biff recibe el puñetazo de Marty, en la cafetería de la plaza, perteneciente a la escena de la persecución en monopatín, sería uno de dichos planos. Y otro, perteneciente a la misma escena, en la mentada persecución, si se agudiza la vista (y pausas el Bluray), se distingue al doble de Stoltz, el cual era, evidentemente, más alto del que posteriormente haría lo propio con el más bajo Fox.

Así que volvieron a su candidato original, Fox. Hablaron con el productor y creador de la serie, Gary David Goldberg, y le suplicaron que les cediera a Fox para la cinta. Finalmente llegaron a un acuerdo. La serie tendría siempre preferencia, y no debía faltar a ninguna de sus jornadas de rodaje.

El actor se dedicaría a la filmación de esta por el día, de lunes a viernes, y las noches y los fines de semana estaría libre para la película. Esto se tradujo en jornadas interminables para Fox. Levantarse a las seis de la mañana para acudir al plató de la serie hasta las cinco o seis de la tarde. Para seguidamente trasladarse hasta el lugar de filmación del film, hasta las dos o tres de la mañana en algunas ocasiones.

Dormir lo que buenamente pudiera, una ducha, y de ahí, vuelta a empezar. Tal vez, esta estresante rutina, pudo tener algún efecto para la enfermedad de Párkinson que más tarde, por desgracia, desarrollaría. Estos horarios son la principal razón de que muchas escenas transcurran de noche.

Michael J Fox en la serie Enredos de familia

Lo cierto es que, entre los retrasos, y con la fecha de estreno demasiado ajustada, se estuvo trabajando en la finalización de la película, hasta prácticamente una semana antes del estreno. Pero una vez estrenada esta, todos los esfuerzos valieron la pena. La cinta fue la mas taquillera en el año de su estreno (1985). Además, se mantuvo en cartelera alrededor de nueve meses. No está mal para una anécdota con el anuario de un padre.

Pese a que, hoy día, se enmarque la película en el genero de ciencia ficción, la verdad es que esta tiene (relativamente) muy pocos efectos especiales. Mas se la podría considerar un film de aventuras adolescentes (en el que, para variar en el cine americano, los actores no lo son ni de casualidad). ¿A quien no se le ha pasado por la cabeza, después de ver la peli, como serian sus padres de jóvenes?

La combinación de humor, aventura desenfada y unas gotas de CiFi, dio como resultado una de las cintas mas recordada de los ochenta. Michael J Fox se convirtió en toda una estrella, ya era muy famoso por la serie, pero aquí dio el salto definitivo. Zemeckis también, lo cual se tradujo en varios proyectos de gran calidad que pudo dirigir posteriormente. Nombrar, por ejemplo, la estupenda Contact (1997), un film, este sí, puramente Cifi, o la maravillosa (mi cariño por esta película es inmenso) Forrest Gump (1994). Una mención especial a la, algo incomprendida creo yo, Naufrago (2000), con un sobresaliente trabajo de Tom Hanks, y un no menos estupendo de Zemeckis en la dirección.

Como se suele decir, se convirtió en un clásico inmediato. Siendo una de las películas mas valoradas, y recordadas, de la década. El guion, estudiado en las universidades de cine hoy día, era como un mecanismo de relojería (nunca mejor usada la metáfora como aquí) que funcionaba (casi) a la perfección.

Las interpretaciones del elenco en general están muy logradas. Excepto Lloyd, que era mas veterano, el resto de los actores con papeles relevantes en la trama, eran muy jóvenes. Y pese a que esa falta de experiencia se pudiera notar, esta se compensaba con talento y ganas. El cambio de protagonista sugerido por los Bobs y Spielberg, le vino de perlas para imprimir ese tono de comedia ligera a la cinta.

SOY GEORGE MCFLY, Y SOY TU MININO

Fox era un Marty McFly perfecto, que buscaba asentar la relación con su novia, y encontrar su lugar en el mundo como musico de rock. Cuando un día su mundo se vuelve patas arriba y, literalmente, liga con su madre, teniendo que hacer que sus padres se enamoren a riesgo de no nacer. Fox consigue una interpretación que transmite muy bien lo que vive Marty.

No quiere seguir el camino mediocre y aburrido de sus padres, y está decidido a luchar por sus sueños. Él, por suerte, no ha heredado el carácter de su padre, y si se ha de enfrentar al matón que le hace la vida imposible a este, lo hará. Al igual que su gran amigo, Doc Brown, tiene un gran sentido de la lealtad y la amistad. Era muy fácil identificarse con él, y acompañarle en sus locas peripecias. Lo cierto es que no era muy difícil pues, pese a la diferencia cultural, podías como hijo/a ponerte en su lugar sobre qué hubieras hecho tú, de haber conocido a tus padres teniendo su misma edad.

Los padres de Marty estaban encarnados por la guapa Lea Thompson, como Lorraine Banes/McFly, la madre, recatada en su versión adulta, y lanzada y decidida en la adolescente. Una actriz que participó de varios films de diverso éxito, que tuvieron cierta popularidad en los ochenta, como la bélica Amanecer Rojo (Red Dawn 1984, John Milius), la divertida (y fallida) Howard… un nuevo héroe (Howard the Duck 1986, Willard Huyck), o Una maravilla con clase (Some kind of wonderful 1987, Howard Deutch), mi favorita de estas tres, con la que compartió protagonismo con el Marty inicial, Eric Stoltz. Pero su “estrella” no pasó de dicha década, tocando techo con su participación en Regreso al futuro.

El peculiar (o raruno más bien) Crispin Glover, como George McFly, el padre de Marty, es un apocado don nadie siendo mayor, y un soñador escritor de ciencia ficción de joven. Lo de peculiar, lo explicare en la siguiente entrega. Su actuación, si bien no acaba siendo excesiva, si se podría decir que raya en lo desmedido, quedando al límite, como más tarde también veremos con Christopher Lloyd, solo que, en este caso, la balanza no cae en el lado malo por milésimas. Esta seria una de las razones por las que no participó de las siguientes cintas de la saga. Pero como comento, eso se verá más tarde.

Tom Wilson interpreta al típico abusón de instituto, figura la cual, diría que se ha explotado en exceso en el cine americano escolar. Solo por su presencia física ya impone al protagonista, mas teniendo en cuenta lo corto de talla que es Fox. Por el contrario de lo que puede parecer por las películas, Wilson tiene un carácter de lo mas afable y cordial. De hecho, el grueso de su carrera se cimenta como humorista de stand-up comedy y similares.

La pareja de Marty la encarna una funcional Claudia Wells que, siendo sinceros, ni tiene tiempo (apenas sale en tres escenas), ni el guion le otorga mucho material para lucirse y dejar huella en la saga. Más teniendo en cuenta su “desaparición” de las dos secuelas. Hecho que también aclararé junto al asunto Glover. La práctica de la novia/mujer/pareja del protagonista, que solo cumple con el papel de acompañar al héroe de turno, se solía dar mucho en la época (y en casi todas para ser justos), si bien había claras excepciones en que las “chicas” participaban en los hechos por derecho propio.

Me dejo para el final al loco Doc de Christopher Lloyd. Formando el binomio perfecto junto a Fox, como la (improbable) pareja de amigos, cuya amistad transciende el tiempo y el espacio. Siendo para mí, que la química entre los dos actores es una de las mayores razones (si no la principal) de que el film funcione tan bien. Lloyd está perfecto durante toda la trilogía como el “mad” doctor de turno. Despistado (lo justo) en ocasiones, visionario, decidido y con un gran sentido de la amistad.

Casi casi, un roba escenas de manual, si bien es cierto que esto viene dado, por una actuación que puede rozar la línea de lo histriónico, de vez en cuando, pero que consigue un equilibrio perfecto y nunca la cruza. Consigue crear un personaje entrañable y adorable, del que todo adolescente de la época hubiera querido ser amigo y compartir aventuras.


DECIA QUE SOIS DEMASIADO RUIDOSOS

En mis anteriores artículos, sobre la saga Jurassic, cometí un grave error, que fue no hacer comentario alguno sobre el apartado musical. Y no por desconocimiento, pues soy gran fan de la música de cine en general, y de John Williams en particular. Yo tampoco entiendo qué me pasó. Aquí no cometeré el mismo error. Pues en gran medida, tanto la película en sí misma, la canción principal de esta y la composición orquestal, son los culpables de mi enorme afición al cine y al apartado musical relacionado con el mismo.

Yo creo que todos hemos oído alguna que otra vez (si has visto la peli, seguro) el hitazo que fue en su momento el tema principal de esta, “The power of love”, de Huey Lewis and the News. Zemeckis, Gale y Spielberg acudieron a Lewis con el fin de que este les compusiera un tema para el film. Al musico no le atraía mucho la idea, pero acabó accediendo y les presentaría la siguiente composición que creara. Y no fue otra que la ya celebérrima canción. Los creadores quedaron tan contentos que le propusieron que hiciera un cameo en el film. Otra vez a regañadientes accedió.

La aparición del cantante se materializó en la escena en que Marty y su banda, los Pinheads, audicionan para la “Batalla de grupos” del instituto. La escena está llena de ironía, pues el portavoz del jurado, que rechaza a Marty, no es otro que el propio Lewis, y estos estaban interpretando su propia composición para la película, “The power of love”.

Como comentaba, tan contentos quedaron del resultado, que le pidieron otra canción para los títulos de crédito finales. Esta estuvo más basada en las imágenes y el guion, a los que Lewis les echó un vistazo. Fruto de ello surgió el otro gran tema de la cinta, “Back in time”, en la que claramente se hace referencia a elementos pertenecientes a la película. No como en la anterior, en la que la letra era más generalista.

La banda sonora, en lo referente a las canciones, se completaba con diversos temas de varios artistas de la época como Eric Clapton o Lindsey Buckingham, y otros pertenecientes a los 50 como Etta James, The Four Aces o Johnny Ace. A estos habría que añadir los temas que toca la imaginaria banda de Marvin Berry & the Starlighters, en el baile del encantamiento bajo el mar.

Pero el plato fuerte de la cinta, respecto a la música viene de parte de Alan Silvestri y su magnífica composición para la misma. Siendo esta su primera creación cien por cien orquestal, pues pese a no ser un novato (llevaba desde los setenta trabajando principalmente en televisión), su trabajo se basaba en el uso de sintetizadores y teclados en general.

 

Repasamos la saga de Jurassic Park: primera parte

 

Silvestri, que ya había trabajado con Zemeckis en Tras el corazón verde (1984), volvió a repetir en el film que nos ocupa, pues el director quedó muy contento con su trabajo y quiso volver a contar con él. Ni que decir tiene que se forjó una relación profesional desde ese momento hasta nuestros días, colaborando ambos en todas y cada una de las películas del cineasta.

Una relación semejante a la de Spielberg-Williams, “rota” en apenas dos o tres ocasiones, curiosamente siendo el sustituto en una de ellas, Ready Player One (2018), el propio Silvestri. Otro ejemplo sería el de Alfred Hitchcock y Bernard Herrmann, creando una de las “parejas” cinéfilas, en ese sentido, más memorables. Otro también seria el de John Carpenter con John Carpenter. Lo siento, no me pude resistir a la broma.

Zemeckis le trasladó al compositor que creara una gran banda sonora de orquesta y este compuso una música basada en la épica y la grandilocuencia. Dándole a la cinta ese punch que la faltaba para acabar de ser la aventura tan redonda que se nos ofreció. Así de esta manera, dio completamente en el clavo, y una aventurilla de “andar por casa” se convirtió en toda esa odisea en la que hemos de acompañar a Marty para conseguir regresar al futuro y arreglar el desaguisado en el que, sin querer, se había metido.

Como comento más arriba, esta que nos ocupa, tanto la peli como la música, son las grandes culpables de (definitivamente, la cosa ya venía de atrás) enamorarme del cine y de la música de este. Si no fuera por un señor llamado John y de apellido Williams, Silvestri sería mi compositor de cine favorito. En mi corazoncito lo es, pues el cariño que le tengo a esta saga y a su música es enorme.

Por descontado que, en cuanto fui consciente, de que se podían adquirir (físicamente, aclaración para los de la generación Z, o la que sea) las bandas sonoras que disfrutaba en la gran pantalla (y en el VHS, recordad que estamos en los ochentas), empecé a hacerme con las que podía, bien porque era difícil encontrarlas (de nuevo recordad que son los ochentas, Amazon no estaba ni se le esperaba), o por mi poder adquisitivo.

Y sí, habéis acertado, la primera BSO con la que me pude hacer fue la de mi querida Regreso al Futuro. En su versión en cassette. Mirad lo que es en la Wikipedia niños/as. A modo de curiosidad, la siguiente con la que me pude hacer, también en cassette (pues los compacts disc no llegaron a mi mundo hasta los noventa), fue la de otra película de Michael J Fox, El secreto de mi éxito (Herbert Ross, 1987).

Estos cassettes siguen en mi poder a día de hoy, y en buen estado, pese a la de ¿cientos? de veces que los escuché.  Como comento me pude hacer por fin con una copia en CD ya en los 90. Las dos ediciones contenían los mismos temas. Una suite y un main theme (en realidad el tema de los créditos finales), de la música de Silvestri, y la mayoría de las canciones de diversos artistas que se escuchan en la cinta.

Lamentablemente, pasaban los años y no existía una edición oficial de la composición orquestal del film, o al menos una que contuviera algo más aparte de los dos temas mencionados. Pero por fin, hace relativamente “pocos” años (2008), se editó como se merece el score de Silvestri en una estupenda edición doble de la compañía Intrada. Ni que decir tiene que me hice con ella.


NOS VOLVEREMOS A VER EN UNOS 30 AÑOS

¿Y qué futuro se veía en el horizonte para la (hoy en día) saga? Pues…. ¿Ninguno? Veréis, hoy en día parece impensable, pero no había ningún plan maestro para esta. ¿Pero si la película termina con los protagonistas en busca de otra aventura y con un “CONTINUARÁ” EN LA PANTALLA? Dejad que os lo explique polluelos. En su momento no había ningún continuará en la versión estrenada en cines. Sí, como lo oyes ¿o debería ser lees? Eso fue una adición posterior cuando se estrenó en VHS.

Y los Bobs escribieron ese final a modo de broma o guiño, con los héroes de la función yendo hacia el horizonte en busca de nuevas aventuras, algo que sí hizo su amigo Spielberg en el final de la magnífica Indiana Jones y la última cruzada (1989).

Pero claro, un exitazo de aquella magnitud no se podía quedar en barbecho. El primer paso fue el “continuará” mencionado. Pero como en aquella época no teníamos el acceso de hoy día a la información, parecía que se sí, pero…. Al no haber la afluencia de secuelas, remakes, reboots etcétera, actual, pues vete tú a saber. Pero los astros (hollywoodienses) se alinearon y nos trajeron no una, si no dos secuelas. Yo no cabía en mí de gozo. Pero esa historia pertenece al pasado. ¿Querrás decir al futuro?