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20 años de Finisterra de Mägo de Oz

Todo el mundo tiene un recuerdo muy vivo de ese primer momento que descubre algo y le marca para toda la vida. Ese punto de inflexión, del que ya sabías que sería un punto y aparte en tu biografía; ese disco, esa película… El álbum Finisterra (2000) marcó a fuego a una generación; la que se asomaba al heavy patrio con inquietud y curiosidad.

Para mi en un primer momento no fue un disco doble, fue un casette regrabado por un compañero de clase. Lo descubrí en un verano, al finalizar el curso. El álbum lo escuché hasta la saciedad. Poco después llegó el disco, el de verdad, en físico. Con aquella portada de Gaboni tan espectacular, con su novela y con dos cedés.

Tras el fantástico La Leyenda de la Mancha (1998) Mägo de Oz quiso hacer un elepé más ambicioso; Leyendas había sido un éxito, yo lo escuché después y me pareció soberbio. Un trabajo sobre el Camino de Santiago en un disco doble con una trama apocalíptica, y su clásica ambientación folk, era lo más. Muchos grupos en la actualidad han seguido el sendero jalonado por los madrileños, como Lándervir.

Portada del disco La Leyenda de la Mancha de Mägo de Oz

Le preguntamos a su batería, JF para saber cómo recibió él aquel álbum. “Pues con muy buen recuerdo, ya seguíamos a la banda desde sus primeros discos, “Jesús de Chamberí” (1996) y “La leyenda de la mancha””, puntualiza el alicantino. En Finisterra había 20 canciones que recorrían una trama que comenzaba en el futuro, concretamente en el lejano 2199.

Momento donde la Tierra había sido destruida por el ser humano, donde ya no queda vida y todo está gobernado por Satania, una suerte de poder que controlaba el planeta con un Dios llamado deseos.com. Nunca había tenido un álbum doble en mis manos, el aspecto de digipack era sorprendente, muy bonito, casi lujoso. Además, la trama te enganchaba.

Todo aquello te dejaba embelesado; desde el apartado del diseño artístico hasta las canciones. “Con Finisterra la verdad que fue impactante al ser un disco doble, conceptual, con canciones muy buenas, con un apoyo promocional muy grande al tema “Fiesta pagana”, que se convirtió en su himno”, comenta JF.

Mägo ha sido el grupo de mi vida, y personalmente no puedo considerarme más afortunado al haberme cruzado con una banda como ellos por el camino (de baldosas amarillas)”

Dani Noguera (cantante de Lèpoka)

Álbumes como Finisterra abren alamedas a la música, y en este caso al heavy y al folk para la gran mayoría. Son discos cruciales para conformar una nueva hornada de fans, y bandas que quieras sumarse al sonido, que vean que aquello no es imposible.

Mägo ha sido el grupo de mi vida, y personalmente no puedo considerarme más afortunado al haberme cruzado con una banda como ellos por el camino (de baldosas amarillas)”, comenta Dani Noguera, cantante de los castellonenses Lèpoka. “Son los auténticos culpables de que a día de hoy yo esté aquí respondiendo esta entrevista”, añade.

Finisterra, como comentaba, ha marcado a mucha gente, personas que luego hicieron música, fans o periodistas. Ester Rodríguez, redactora de TNT Rock, también recuerda el álbum. “Bueno, cuando escucho alguno de los temas de “Finisterra” me trae añoranza; a momentos en los que no te preocupabas tanto por las cosas, a salir y acabar en alguna fiesta escuchando “Fiesta Pagana””, comenta.

“Este tema era bastante recurrente cuando te juntabas con amigos, incluso ahora, 20 años más tarde todavía suele aparecer en alguna que otra quedada. “Los Renglones Torcidos de Dios”, “Tres Tristes Tigres”, o “El Que Quiera Entender Que Entienda” son algunos de los temas que más escuchaba en este disco; incluso para pasar el rato aprendiendo canciones de rock”, dice Rodríguez.

Como decía, quizás Finisterra sea uno de esos puntos en tu vida que recuerdas, por el impacto que tuvo, por lo mucho que se difundió y por lo interesante que era. “¿Qué decir de Finisterra? Un disco que lo escuchas y evoca kilos de magia por cada nota musical y que en quinto de primaria me lo devoraba de principio a fin sin descanso alguno”, recuerda Noguera.

Comparto, como cientos de jóvenes de la época, esa sensación de magia, misterio y danzas medievales que te envolvían, un nuevo mundo que se abría paso ante ti, algo parecido a cuando comenzabas a leer El Señor de los Anillos, Dragonlance o Finis Mundi.


“Yo flipaba con las voces de Jose Andrëa en temas como Kelpie, Satania o La cruz de Santiago. Un disco que ya no solo los fans de Mägo, sino todos los heavys del país, han reconocido como disco de culto con el paso de los años. Aunque personalmente mi disco favorito de la banda siempre será Gaia II (2005)”, comenta el cantante de Lèpoka.

Mägo fueron un fenómeno social entre la gente más joven. “En plena juventud me hacía soñar e imaginarme el mundo de fantasía que el disco libera; son tiempos en los que uno tiene mucha imaginación (risas)”, comenta Ester Rodríguez.

JF también guarda un agradable recuerdo de aquel elepé. “Lo recordamos como una época buena de nuestra vida, acabábamos de empezar con Lándevir, éramos jóvenes (risas)”. Aquel trabajo supuso un riesgo considerable para el grupo y para la discográfica, Locomotive.

“La discográfica se la jugó, pero supo ver que Mägo de Oz estaban en la cresta de la ola, y en un momento de creatividad muy alta”

Alejandro Alapont (Rafabasa – Electrical Note)

“Efectivamente fue una apuesta arriesgada”, comenta Alejandro Alapont, redactor de la web Rafabasa y director del blog Electrical Note. “Pero como se dice, el que no arriesga no gana, y la jugada les salió bien. La discográfica se la jugó, pero supo ver que Mägo de Oz estaban en la cresta de la ola, y en un momento de creatividad muy alta”, recuerda.

repasamos los 20 años del disco Finisterra
Alejandro Alapont (redactor de RafaBasa y The Electric Note)

Lleva razón Alapont, Mägo ya gozaba de una creciente popularidad, su anterior trabajo, el mencionado La Leyenda de la Mancha, logró que llenaran múltiples salas por todo el país. El riesgo estaba quizás en ser un álbum doble. “Son muchas las opiniones que dicen que si “Finisterra” prescindiera de algunas canciones y fuera únicamente un único disco, sería mejor. No estoy de acuerdo”, sentencia.

“Si bien “Finisterra” tiene canciones mejores y peores, una de las cosas que hizo que fuera tan atractivo, era precisamente el contener 2 discos que contaban una historia y que cada uno tuviera su parte preferida (el disco 1 o disco 2)”, continúa Alapont. Después del desembolso de la discográfica en el álbum, aquello tenía que ser un éxito, y para tal fin, la publicidad y promoción eran la mejor herramienta.

“También era normal que al ser un proyecto arriesgado, tuviera más publicidad y más en una época en la que Internet todavía no estaba al alcance de todos”, comenta. “Además la exitosa gira que hizo que Mägo de Oz promocionando el disco ayudó a catapultarlos, llenando recintos allá donde iban”, rememora el redactor.


Alapont también recuerda ese momento donde escuchó a los madrileños. Sin duda “Finisterra” y Mägo de Oz fueron una de esas bandas que me hicieron interesarme y entrar de lleno en el mundo del heavy metal”, reconoce. “Los conocí gracias a su directo “Folktergesit”, el cual me dejó alucinado. Yo era un chaval de unos 14 años, y por ese entonces aunque ya escuchaba algo de rock, nunca había oído nada parecido”, recuerda.

Finisterra, y por ende Mägo, fueron parte del veneno musical que se inoculó en muchas gente, entre ellos el que suscribe. Y también de algunos compañeros de andanzas y profesión. “Me escuchaba ese directo entre 2 y 3 veces al día, hasta que finalmente me hice con “Finisterra” y me pasaba el día hojeando el libreto y escuchando las canciones sin parar”, comenta Alapont.

folk metal
Celtian

Fue Finisterra el plástico que nos abrió un nuevo mundo sonoro, y emocional, aquellas letras de espadachines, brujos y magia. “Tras eso vinieron otras bandas como Tierra Santa, Avalanch o Saratoga (como digo, me pilló en plena eclosión del power metal) y en el ámbito internacional, Iron Maiden, Blind Guardian o Manowar, que ya terminaron de convencerme de que eso era lo mío”, señala.

Ha sido tanta la influencia del grupo, no solo por este disco, que en 2018 apareció en el mercado un disco tributo a la banda, Stay Oz. Hasta que el cuerpo aguante, con versiones de sus canciones por parte de otros combos. Entre ellos figuraba el all star español con Avalanch, Sôber, Saratoga, y no podían faltar Lèpoka.


“Recibimos la llamada de Txus allá por principios de 2018 cuando si no recuerdo mal Bibere Vivere acaba de salir”, recuerda Noguera. “Obviamente nos quedamos de piedra y fue un momento muy emocionante. Nos dio total libertad para elegir el tema que quisiéramos, aunque también nos dio ideas de temas que fueran acorde a la temática Lèpoka y obviamente el tema no podía ser otro que no fuera «Vodka‘n’roll».

Los de Castellón también participaron en parte de la promoción del álbum. “En abril de 2018 estuvimos en Madrid en su presentación en el Hard Rock Café de Castellana, y también firmando ejemplares en FNAC de Leganés. Todo un lujazo haber podido participar en un proyectazo de tal nivel rodeados de los mejores artistas del rock y el heavy de este país. Siempre estaremos agradecidos a Txus por su ayuda”, sentencia.


A la grabación del disco, y también al grupo, se sumaron dos nuevos miembros, el flautista Fernando Ponce de León y el teclista Sergio Kiskilla. Su vocalista, José Andrea estuvo a punto de abandonar el combo y no grabar el elepé, pero finalmente, y como todos sabemos, se quedó hasta 2011. El álbum llegó a disco de platino en España.

Finisterra nació en un momento donde el subgénero del power metal estaba en boga, y España no iba a ser menos.  “También ayudó que en ese momento el power metal español estuviera en su momento más álgido con la explosión de bandas como Tierra Santa, Avalanch, Saratoga o Ankhara, dice Alapont. Finisterra propulsó un sonido, el folk metal, poco practicado en España, luego de aquel elepé, aparecieron muchos grupos que se significaban con sus coordenadas sonoras.

“Ha sido fundamental, no sólo para nosotros sino para el Folk metal en general en nuestro país”, apunta Diego Palacios de Celtian. Sin duda Finisterra también sirvió de acicate y estimulante para muchos músicos. “Además, no sólo es una influencia a la hora de componer y de interpretar, sino que es uno de esos discos que han hecho que muchos de nosotros quisiéramos hacernos músicos y formar una banda”, señala el flautista.

Fiesta Pagana fue el sencillo que lo conquistó todo; esa canción que les abrió las puertas a un nuevo mundo. Recuerdo en las verbenas de verano poner la canción y cientos de personas bailarlas como juglares endemoniados, que al instante, danzaban con Shakira. “Fiesta pagana es el Maneras de vivir de nuestra generación, la tocan todas las orquestas”, comentaba Txus di Fellatio, batería y compositor del grupo en el Diario Información en 2017.

“Con aquel disco ya nos dedicamos profesionalmente a la música: vender entradas, hacer entrevistas… Se acabó la fiesta y dejó de ser divertido. Ahora es nuestro trabajo. Finisterra nos dio el espaldarazo y pasamos a ser conocidos en Estados Unidos, México, Colombia, Argentina, Chile…”, recordaba di Fellatio.

“Mägo de Oz por toda la repercusión que ha tenido con “Finisterra”, en medios algo más comerciales, ha sido una puerta de entrada, incluso a dar los primeros pasos en el rock, no solo a gente joven”

Ester Rodríguez (TNT Radio)

El grupo madrileño fue el primer grupo de heavy metal para mucha gente, unos se quedaron en el género y otros simplemente, no les interesó. “Mägo de Oz por toda la repercusión que ha tenido con “Finisterra”, en medios algo más comerciales, ha sido una puerta de entrada, incluso a dar los primeros pasos en el rock, no solo a gente joven”, explica Ester Rodríguez redactora de TNT Rock

Fiesta Pagana sonó en las radios de todo el país, Los 40 incluidos (en 2004 consiguieron el número 1 por La Costa del Silencio), algo que pudo atraer a más personas al heavy metal nacional. “Bueno, en los 40 solo sonó esa canción, tampoco es que el heavy sonase en las radios comerciales, pero sí que fue una época de mucho auge del heavy y power metal, fueron buenos tiempos, los inicios de Lándevir, empezaron a surgir muchos festivales de hard rock y heavy metal”, comenta JF.

“No fue un disco con una difusión muy grande”, indicaba Txus en la web Mautorland. “El disco se grabó con un sello independiente, no estábamos auspiciados por una gran compañía, como ahora. Fue más el boca a boca, de repente un grupo dentro del rock nacional, dentro del heavy, había un grupo que utilizaba flautas, gaitas y violines, la gente decía “es como los Celtas Cortos pero en heavy””, señalaba el batería.

Fiesta Pagana no era la única canción que destacaba en el álbum, aunque cada uno tendrá las suyas, La danza del fuego, Satania, Astaroth o Hasta que el cuerpo aguante, fueron temas muy aplaudidos. Finisterra cerraba el redondo con quince minutos llenos de cambios y colaboradores como Sherpa o Juan Gallardo (voz de Ángeles del Infierno).

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Mägo trascendió al heavy, al metal o al propio rock; se transformó en una banda para todo el mundo. Fiesta Pagana fue tema que se coló en todas partes. “Creo que puedes preguntarle a cualquier persona que veas por la calle si conoce a esta banda o al tema “Fiesta Pagana” y seguro que te dicen que sí. Independientemente si les gustan el rock / metal o que tengan otros estilos de música habituales”, comenta Rodriguez.

Con este plástico los madrileños hicieron tres noches seguidas en la sala La Riviera, algo que solo estaba al alcance de bandas internacionales de mucho prestigio. Aquel hito todavía se recuerda, y quizás sea difícil de superar. Con todo, la grabación de Finisterra fue muy compleja según comentaba Txus en el programa El Vuelo del Fenix.

“Fue una grabación muy larga, me acuerdo que estuvimos cinco o seis meses  utilizando dos estudios de grabación distintos”, comentaba el batería. Su quinto disco de estudio tardó en ser parido, pero es que no estábamos ante un elepé cualquiera, sino uno doble. Con el éxito del redondo, apareció un cómic dibujado por Gaboni titulado Cuentos de Satania.

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Lèpoka

Finisterra le cambió drásticamente la vida a los Mägo, sus integrantes pudieron desde entonces dedicarse a la música. “Marcó un antes y un después”, sentenciaba Txus en el Diario Información. “Hasta entonces cada uno vivía de su trabajo. Yo era socorrista en las piscinas de Madrid y me estaba preparando las oposiciones para ser bombero. El rock era un pasatiempo”, recordaba.

Un álbum que le cambio la vida a mucha gente, además de a los integrantes del combo. Aquellos primeros años del 2000 fueron muy estimulantes en cuanto a bandas y auge del género. Recuerdo algunos garitos de rock abarrotados. “En mis inicios sí fueron una de las primeras bandas que escuchaba por aquel entonces, junto a Saratoga, Warcry o Héroes del Silencio.  A día de hoy, no seré la única a la que este disco le traiga añoranza”, recuerda la redactora de TNT

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Arte del disco Finisterra de Mägo de Oz

Con todo, el sonido ejecutado por Mägo, no solo en este álbum sino desde casi sus inicios, ha sido muy personal, y las bandas que han salido después siempre han sido comparadas, quizás por los medios menos puestos en heavy, con Mägo de Oz. “Por un lado, que te asocien con la banda más exitosa de tu país es más que positivo, aunque algunas veces quiera usarse como una crítica, pensamos que si nos comparan con Mägo, algo estamos haciendo bien”, comenta Palacios.

La gente simplifica, si suenan flautas o violines seguramente lo relacionarán con Mägo. “Por otro lado, creemos fundamental tener un estilo propio, el cual irá llegando aún más acentuado en próximos trabajos (temas más “mágicos”, un Folk metal más europeo…) aunque también es importante recalcar que la voz femenina ya hace que tengamos una diferencia con respecto a Mägo”, apunta el flautista de Celtian.


Aquella explosión de heavy metal español fue un auténtico éxito; muchas bandas nuevas vendían cada vez más, se realizaban más conciertos y con más público. Por desgracia, aquello no duró tanto tiempo como nos hubiera gustado. Tal vez no se supo aprovechar en la industria el fenómeno de Mägo. “No lo creo, lo de Mägo de Oz fue un oasis en un desierto”, apunta Alapont.

“No creo que ese éxito que tuvieron fuera aplicable a otras bandas, no porque no lo merecieran, sino porque el público que consume música más comercial o mainstream, que se alimenta de éxitos efímeros o canciones de radio fórmula, dudo que acogieran con los brazos abiertos a bandas de heavy metal con un sonido más duro”, comenta.

Por el contrario, Mägo de Oz siguió su camino con un éxito creciente que todavía no conocía techo, mientras el fenómeno se deshinchaba para otros. “A Mägo de Oz les vino bien y aprovecharon ese tirón mediático, ganando más seguidores y pasando a un nivel superior en popularidad (perdiendo a buena parte de su público más tradicional como se ha dicho antes) pero no creo que a otras formaciones eso les beneficiara”, señala Alapont.


Como ya hemos dicho cuando apareció Finisterra, el mercado el folk metal en España no estaba el alza, Mägo era una rara avis, casi un grupo “exótico”. 20 años después parece que se vive un momento más dulce. “Desde la época de Finisterra ha cambiado absolutamente todo”, sentencia el cantante de Lèpoka.

“Vivimos en una era completamente diferente en la que la música se consume de otra manera y la forma de llegar a los fans es muy distinta a la que existía hace 20 años. Desde hace un tiempo la escena folkie está más viva que nunca y como bien dice Dionís, se ha debido en gran parte a series de público masivo como Juego de Tronos o Vikings, y aunque Lèpoka no seguimos mucho la línea de este «frikismo» vikingo nos ha venido de maravilla que haya sido así”, comenta.

“Cuando digo que no seguimos la línea me refiero a que no solemos hacer canciones sobre mitología nórdica como tal, pero sí podemos hacer un tema que se llame «Skål», y que hable sobre un cuento divertido que te haga disfrutar y tener ganas de echar unos tragos con la gente a la que quieres. Como te decía, el folk está muy vivo, pero también hay que reinventarse y saber crear conceptos novedosos que puedan hacer encontrar tu hueco dentro de la escena”, concluye Noguera.

Aquellos años pareció, gracias en muy buena parte a Finisterra, que el heavy volvería a la primera plana de la música. “España sigue siendo un país donde ciertos estilos como el metal siguen siendo despreciados, o ninguneados por los medios más generalistas”, resume.


Alapont lo tiene claro a este respecto. “Siempre hay alguna rara excepción, pero a rasgos generales el heavy metal no interesa, no vende, no suena en radios comerciales ni sale en las noticias y más en una época donde la industria musical está de capa caída”.

Este trabajo de Mägo fue uno de los álbumes de metal más recordados, es probable que sea uno de los últimos discos con una mejor respuesta por parte del público en ventas. “No me parece, pues aunque Finisterra tuvo mucho éxito, incluso más tarde se editó como ópera rock”, comenta Rodríguez.

“Hubo otros tantos discos de bandas nacionales como Paradÿsso de Sober (2002); Tierra de Reyes de Tierra Santa (2001), Agotarás de Saratoga (2002), Alea Jacta Est de Warcry (2004) III de Toundra (2012) o Ars Musica  de Dark Moor(2013)”, repasa la redactora. Por supuesto, Finisterra no ha sido la única ópera rock nacional.

Ester Rodríguez, redactora de TNT Radio

“Y como ópera rock tenemos otros ejemplos como aquellos de Joaquín Padilla en Legado de una Tragedia. Personalmente, la entrega de Edgar Allan Poe en 2008 me parece fascinante”, recuerda Ester. “Creo que todos estos nombrados anteriormente, incluso de forma individual nos han marcado mucho, la recepción del público no ha podido ser mejor y en cuestión de calidad han sido discos muy trabajados y considero que referentes en las bandas nombradas”.

“Nadie puede saber qué habría pasado sin él, pero desde luego, sentó las bases de cómo hacer rock con música celta de flautas y violines”

Diego Palacios (Celtian)

Es muy difícil saber qué hubiera sido del folk metal en España sin el concurso de Mägo de Oz. “Nadie puede saber qué habría pasado sin él, pero desde luego, sentó las bases de cómo hacer rock con música celta de flautas y violines y de cómo hacer temas que traspasen las barreras del estilo, llegando a todo tipo de público”, explica Diego Palacios

Después de la resaca de Finisterra y el directo, Fölktergeist (2002) llegaba la hora de un nuevo disco. Gaia (2003) iba a suponer el principio de una trilogía musical. Otra vez un proyecto muy ambicioso. Aunque para mucha gente, Finisterra ha sido lo mejor que han grabado los madrileños. “Creo que casi todos coincidimos en que “Finisterra”  ha sido su mejor trabajo”, sentencia JF.


Al final es cuestión de gustos, y de muchas veces de nostalgia. “Es muy difícil valorar esto porque los gustos y opiniones son muy subjetivos, la gente habla del primer “GAIA” como otro buen trabajo… no sé, yo personalmente con los Gaia me saturé un poco. A mí me gusta bastante el primer disco con Zeta, “Hechizos, pócimas y brujería” (2012), es más directo, más rockero… pero bueno, no creo que sea una opinión generalizada”, comenta JF.

“Como curiosidad, en la época de los “Gaia”, Txus colaboró en nuestro segundo disco “Sueños celtas”, escribiendo la letra del tema “La vida te espera”, versión en castellano del “Eye of the tiger” de Survivor, añade el batería.

Finisterra fue un éxito, aunque Gaia supero su cifra de ventas y terminó de situarlos en el mapa. Sin embargo, han sufrido mucha crítica desde entonces. “El que parte del público diera la espalda e incluso comenzara a menospreciar a la banda, es algo que ha ocurrido y sigue ocurriendo a día de hoy con muchas otras”, comenta Alapont. “Normalmente el seguidor del heavy metal suele ser alguien fiel a sus bandas, pero cuando una formación alcanza cierta popularidad, normalmente se le castiga”.

El éxito a veces lleva al cuestionamiento por parte de los fans. Mägo lo sufrió en sus carnes. “No sé si es porque algunos prefieren que sus bandas conserven ese halo de exclusividad o porque empiezan a aparecer en los medios… el caso es que en cuanto “Fiesta Pagana” empezó a sonar en los 40 Principales, muchos no dudaron de tildarles de “vendidos” o “comerciales””, señala en esa dirección Alapont.

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“Tampoco ayudó que la canción comenzara a sonar en todos los sitios, y a día de hoy sigue escuchándose en fiestas de pueblos, bodas etc. La puntilla quizás llegó con la salida de “Gaia”, un álbum con el que suavizaron notablemente su sonido, y que para muchos fue el comienzo de la decadencia de Mägo de Oz (un álbum que por cierto, y bajo mi punto de vista, ha sabido envejecer bien)”, aclara.

“En el mundo del rock, a aparecer en medios “mainstream” se le considera “venderse””, comenta Rodríguez. “Supongo que por estar apostando por llegar a grandes multitudes de gente, más que centrarse en tus seguidores fieles, pero bueno, cada banda tiene que hacer lo que considere oportuno en cada momento por su proyecto”.

Comentábamos antes en el artículo, que Mägo era como una llave de acceso al heavy, luego ya podías seguir escuchándolos o no; pero que ellos había acomodado el camino para que muchas personas entraran a conocer este fascinante mundo. “Mi forma de ver a Mägo de Oz ha variado bastante, ya no soy tan fan como antes, en gran medida se debe a que vas variando tus gustos musicales con el tiempo”, comenta la redactora.

 “Ahora, creo que Mägo de Oz, a mi parecer, se le ve más como una banda de iniciación, y de edades más tempranas; más jóvenes. Posiblemente sea un conjunto de las dos cosas”, apostilla.

“Quizás en ese momento no fuera tan normal ese apaleamiento por parte de cierto sector más conservador del metal”

Alejandro Alapont

Escuchando los nuevos trabajos de Mägo, han rebajado ciertamente sus decibelios, algo que los convierte en más accesible para un público mayor, algo que no es malo y comprensible. “Quizás en ese momento no fuera tan normal ese apaleamiento por parte de cierto sector más conservador del metal”, comenta Alapont.


“Lo que sí es verdad es que “Finisterra” supuso un cambio en la dirección musical de la banda y a partir de ese momento buscaran un sonido que pudiera agradar a más sectores, lo que se demuestra a día de hoy”, dice Alejandro.

Mägo de Oz me abrió la puerta del heavy metal, fueron el catalizador, como hemos visto, de muchas personas y bandas hacia este sonido. Quizás en España descendió su popularidad en los siguientes años a Finisterra, algo normal, le sucede a todos; sin embargo, los madrileños supieron afianzarse en Latinoamérica con una enorme legión de fans, algo que lo ha convertido en una banda muy grande.

Mägo de Oz pasará a la historia del rock como un referente, como ya lo hicieron Héroes del Silencio, Triana o Barón Rojo. Grupos que marcaron una época, a una generación y que dejaron álbumes increíbles.