El regreso de la La Mostra – Cinema del Mediterrani de València, en 2018, a la actividad fue un soplo de alegría y calidad al circuito festivalero, no todos los años regresa un evento de tamaña envergadura a la vida. En su segunda edición después de su renacimiento, el público ya estaba expectante, con ganas de ver y disfrutar de todo lo bueno que traía. En su 34 edición, el festival contaba con 109 películas producidas en diferentes países del arco mediterráneo. La reivindicación de nuestro mar, de los valenciano, vino desde el principio de esta edición, ya en la gala inaugural, con las voces de Miquel Gil y Pep Gimeno, que interpretaban la canción, Vaig a fer un forn de calç, perteneciente a la última película del cineasta valenciano, Toni Canet, Calç blanca, negro carbón. Canet fue uno de los protagonistas del festival, pudiéndose ver su obra completa en pantalla, además de la edición de su biografía, Toni Canet. El hijo de calero, editado por La Mostra, y escrito por el periodista Carlos Aimeur. Pau Durà y María José Peris Aliaga presentaron la gala, que se hizo muy amena.

Premio Palmera de Oro, Ferzan Ozpetek. Foto cortesía de La Mostra

La Palmera de Honor fue a parar a las manos de la directora y guionista italiana Liliana Cavani. Entre los trabajos más destacados de Cavani, se encuentras filmes como, El portero de la noche (1974), una película que hoy en día sería difícil de estrenar, o Más allá del bien y del mal (1977). El festival ofreció un amplio abanico de título en la sección oficial, que iban desde un intento de golpe de estado en Turquía en The announcement (Mahmut Fazil Coskun, 2018), hasta la tortuosa relación sentimental de una chica y su proceso de liberación en Tu mérites un amor (HafsiaHerzi, 2019) pasando por un extraño asesinato en un pequeño pueblo costero de Grecia en The Miracle of the Sargasso Sea (Syllas Tzoumerkas, 2019). Una sección oficial escogida con mimo y pulso.

El trabajo del jurado, compuesto por cinco personas vinculadas al cine, tuvo que ser muy complicado por la calidad de los trabajos. La directora y guionista argenila, Sofia Djama, el director palestino, Muayad Alayan, la investigadora, Julia Sabina y la actriz egipcia, Bushra Rozza y la directora francesa de fotografía, Marie Spencer, se enfrentaron a doce filmes plagados de matices. Y aunque la sección oficial, donde personalmente destacaría el realismo del relato descarnado de una época, de la vida del reportero de guerra francés, Paul Marchand, en el sitio de Sarajevo en Sympathy for the Devil (Guillaume de Fontenay, 2019), no podemos olvidar otras secciones como la dedicada al otro Palmera de Honor, el turco Ferzan Ozpetek.

Pau Durà, copresentador de la inauguración y clausura junto a María José Peris Aliaga. Foto cortesía de La Mostra

La retrospectiva que La Mostra le brindó, recordemos que ya alcanzó el Premio del Público en la Mostra de València por su filme Hamam, el baño turco (1997), ha sido un auténtico gozo, porque para muchos ha sido redescubrir a un autor valiente, y militante en la libertad individual. Entre las doce películas destacamos, El hada ignorante (2001), el filme que le encumbró en Italia, y no es para menos, porque en sus 106 minutos muestra el amor con una delicadeza y sutileza que roza lo sublime. Con su cámara y sus personajes, espléndida e hipnótica Margherita Buy, te emocionas en su viaje, sin olvidar la magnífica banda sonora a cargo de Andrea Guerra. La Mostra también es militante del buen cine y sensible a lo que pasa alrededor nuestro, hasta once películas componían la sección La revolución de la mujer en el cine egipcio.

Gracias a la Primavera Árabe que sucedió en algunos países del norte África entre 2010 y 2012, la figura de la mujer se visibilizó mucho más. En ese contexto y con ese movimiento, también cultural, aparecieron directoras con ganas de romper estereotipos y rodar un nuevo cine. La Mostra ha destacado doce películas de ocho directoras. Nombres como los de Kamla Abu Zekry con el fime, One-Zero (2009) y A day for Women (2015), Amal Ramsis con Venís desde lejos, un filme que narra la historia de la labor de los más de 700 árabes que combatieron por la República en la Guerra Civil española, (2018), Marian Abou Ouf con Webo wa Bashir (2011) o Hala Lotfy con Coming forth by Day (2012) se dieron cita en la ciudad, incluso La Mostra sirvió para que muchas de ellas estuvieran juntas por primera vez. Una muestra más de la importancia de éste tipo de festival, no solo para acercarle un tipo de cine con pocos canales de difusión al público, sino por generar esos momentos impagables.

La directora, Soudade Kaadan del filme, The Day I Lost My Shadow. Foto cortesía de La Mostra

No quisieron olvidarse en el 25 aniversario de la muerte del filósofo y cineasta, Guy Debord, joyas escondidas como tres cortometrajes, Critique de la séparation (1961), Sur le passage de quelques personnes à travers une assez courte unité de temps (1959) y Réfutation de tous les jugements, tant élogieux qu´hostiles, qui on éte jusqui´ici portés sur le film “La societé du espectacle (1975) y tres largometrajes restaurados como, Hurlements en faveur de Sade 1952, La societé du Espectacle 1973 y In girum imus nocte et consumimor igni (1978).

Además, el festival nos divirtió con un repaso muy bien elegido por la edad dorada de la comedia italiana, con ejemplos tan geniales como Divorcio a la italiana (Pietro Germi, 1961) o Los inútiles de Fellini.

No menos importante, y para mi todo un descubrimiento, el ciclo dedicado al homenajeado director valenciano, Toni Canet. La experiencia de ir al cine y ver una película en 35mm, sigue siendo insuperable, por mucho que nos empeñemos en el 4k o los cines de inmersión. Amanece como puedas (1989), fue la primera película de Canet y es hija de su tiempo, mucho mejor le salió la más que reivindicable, La camisa de la serp (1996). Sin olvidar el gran éxito de su carrera, Las alas de la vida (2006), que obtuvo una Espiga de Oro en el Festival de Valladolid.

Los premiados y premiadas. Foto cortesía de La Mostra

Por último, quizás la película que más me sorprendió, por su guión, sus poderosas y envolventes imágenes y su capacidad de emocionar, fue Zero de Iñaki Sánchez Arrieta (2019), que era la única española en la sección oficial, y además valenciana.  The Announcemente , ha sido la ganadora a mejor película como por su guion y fotografía. Por su parte, la plata se la llevó, The Day I Lost My Shadow, de Soudade Kaadan y el bronce, Sympathy for the Devil.

La renacida Mostra sigue su camino con pasos muy firmes y sólidos, con el mismo espíritu de unir a la cinematografía de una zona con un estilo narrativo y una fuerza visual diferente.