El Salón del Cómic de València en su cuarta edición regresó con más charlas, K-pop, presentaciones de libros, juegos y asociaciones culturales. Esta edición pudimos disfrutar de dos películas de animación españolas de lo mejor de la última década, de exposiciones de autores nacionales y de los mejores cómics del mundo.
En esta cuarta edición hemos podido ver una de las mejores exposiciones que se ha hecho del dibujante valenciano, Paco Roca se ha realizado (ojalá se repita) en el Salón del Cómic. La Edad de Piedra de Paco Roca recorre la historia del autor desde su infancia, con originales dibujados cuando tenía seis años, hasta la actualidad, pasando por una época donde diseñó carteles de discotecas que se encontraban en la Ruta del Bakalao. También repasa algunas de sus portadas para El Víbora, Kiss Comix y demás publicaciones, todo ello con un enorme sentido del humor. Roca nos muestra que su pasión por el mundo de la ilustración y el tebeo.
Otra de las exposiciones que te dejaban totalmente fascinado era la de Marvel y DC se escriben con Ñ, donde hemos podido ver originales de dibujantes como CAFU, Iban Coello, Sergio Dávila o Jorge Fornés. Un repaso que nos demuestra que nuestros autores también pueden trabajar en las compañías más importantes del cómic americano.
Cosplay, K-Pop, los personajes de Star Wars, Ghostbuster o Harry Potter se paseaban por el salón mientras muchos autores de cómic firmando sus tebeos. También Paco Roca presentó la adaptación de su novela gráfica, La Casa, ganadora del Premio Eisner en 2020, dirigida por Álex Montoya. También hubo muestras del cómic en África, Japón y México.
Uno de los momentos más importantes del Salón ha sido la presentación de la última novela gráfica y película de Fernando Trueba y Javier Mariscal, Dispararon al Pianista. El Domingo también hubo un espacio para el cine de la mano del director artístico, José Luís Ágreda del filme Robot Dreams, ganadora de dos premios Goya y nominada al Oscar como Mejor Película de Animación. Nos detenemos en esta charla, donde Ágrada nos explicó si Sara Vanon autora del cómic que Pablo Berger había adaptado. El director de arte nos confesaba que la dibujante no se había inmiscuido en el filme.
“Fue generosa, no pidió por contrato nada de control; yo ya he contado la historia, ahora es tu historia. Dio total libertad, pero Pablo sí que quería respetar el espíritu de la novela, si la leéis ahora, el espíritu es el mismo, pero cambia bastante de estilo, mucho más sofisticado en la película, y también pasan más cosas porque son medios distintos y se cuentan de formas distintas”, apuntaba, Ágreda.
Breve repaso de lo que fue la 4ª edición del Salón del Cómic de València
Es cierto que entre la obra gráfica de Sara Vanon y la película de Berger, existen diferencias, pues ambas tienen códigos distintos. “Hay escenas que son muy estáticas en el cómic, más contemplativas, el espectador del cómic puede marcar el tiempo que quiera, en la película tiene que ser más dinámico, tienen que pasar más cosas (…) Sara, cuando acabamos la animática del primer año y medios de trabajo, le enseñamos la animática; le gustó, no es que tuviéramos que esperar su aprobación, pero sí la esperábamos con ansiedad”
José Luís Ágrada explica cómo decidió Pablo Berger adaptar el cómic de Sara Vanon
En la cinta, magnífica y con un tempo emocionante, encontramos muchas referencias cinematográficas. Algo premeditado y que sorprenderá a los cinéfilos más atentos. “Hay muchas citas – señala Ágreda, no solo de cine mudo, sino de toda la historia de cine, también hay muchas referencias a películas donde Nueva York es importante. Dustin Hoffman sale como cuatro veces, también es Woody Allen, que Woody Allen para nosotros es Nueva York; aunque sea la carta de amor de Pablo a Nueva York, porque vivió en Nueva York. En realidad, la ciudad es de todo el mundo, por eso está esa cinefilia y la nostalgia de las películas que hemos visto, y es un tema que entra también con el tema de la película, del recuerdo y la memoria, y en ese caso, de la memoria que tenemos de Nueva York”
