
Ferrán Torrent ha publicado su vigésimo sexta novela, Memorias de mí mismo, que sucede entre 1968 y 2019. Una trama sobre la falsificación de arte clásico y contemporáneo. Torrent comienza su novela en el invierno de 1968, cuando tres jóvenes trabajadores realizan una pintada la noche del entierro del alcalde del pueblo.
A estos tres jóvenes se les cruzará en la vida el falsificador, Mítico Regino. La entrevista se realizó hace unos meses. Charlo con Ferrán Torrent a través del teléfono, hablamos un poco de fútbol antes de hincarle el diente a Memorias de mí mismo. Torrent lleva desde 1983 escribiendo, comenzó con La Gola del Llop, aunque realmente fue más conocido con su segundo trabajo: No Emprenyeu al Comissari (1984), y tras tantas novelas el autor de Sedaví sigue fresco y sin repetirse como sí sucede con otros autores.
“Es que yo soy un obseso de las ideas”, comenta el escritor. “Ahora mismo estaba hablando con un amigo antes de llamarme tú. Y yo le estaba preguntando, ¿qué ideas tienes para la próxima y tal? Porque ahora estoy en promoción, hasta que pase la Feria del Libro de Valencia, y es mejor no ponerte porque interrumpes muchas veces. Y lo mejor es tener siempre el horizonte despejado. Le he comentado un par de ideas, incluso tres, para mí lo difícil a veces es acertar la idea”, revela.
Un creador siempre vive con esa parte de su vida en activo, siempre pendiente de la realidad para poder coger ideas de aquí y de allá. “El que es creador, sea de música, de cine, literatura, teatro, lo que sea, es alguien que está siempre con las ideas”, apunta. Las musas de la creatividad aparecen pero también está bien guardar ideas para tiempos de vacas flacas. “Y siempre porque tienes un miedo, tienes miedo a quedarte sin trabajo, que es a quedarte sin ideas. Por eso es bueno siempre cuando te cuentan cosas, pues tomas nota y dices, bueno, mira, esto podría ser un personaje, aunque secundario, casi siempre vas pensando en términos literarios”
Una de las figuras del libro es la del falsificador, Mítico Regino. Un personaje interesante y atractivo, con un arco muy marcado que ha evolucionado durante los años que transcurre la novela. Además, la figura del falsificador, de esa clandestinidad y aura de interrogante, siempre es seductora. “A mí me fascina”, afirma. “Me fascina la falsificación de arte, sobre todo del arte clásico, más que del moderno. Leí mucho sobre falsificadores, vi documentales. Al mítico Regino yo ya lo tenía de personaje en otras novelas, y me animé a darle protagonismo una novela en la década de los 60 como falsificador de arte. Yo trabajo muy a gusto con él”
Regino es el típico personaje del que deseas saber más, que sabes que posee más aristas y que puede dar más de sí en cualquier otra novela. “Porque sabes que en las novelas hay personajes que quieres más que otros. Por la sencilla razón que te dan como más producto, te dan más producción literaria. Y este es un personaje que da producción literaria”, dice.
¿Qué tiene de fascinante ese mundo para ti? “Pues mira, de fascinante tiene dos cosas. Una, que son artistas no reconocidos, son anónimos, y hasta que los atrapan, claro. Y otra, que ahora tú y yo estamos enviando un cuadro. No sé, un Goya, un Velázquez, un Sorolla, uno moderno, un Picasso, Klimt. Estamos mirando un cuadro y nos gusta, y viene por detrás alguien y dice: lo he pintado yo. Y tu percepción cambia, solo porque alguien por detrás nos ha dicho que lo ha pintado él. Lo ha falsificado él. Y tú dices, ¿pero por qué cambia tu percepción? Si realmente estabas enviando un cuadro que no era del autor, pero era un falsificador que es tan bueno como el autor, como lo ha demostrado cuando nosotros estábamos enviando ese cuadro”

Me sorprende lo que me cuenta, pero lleva razón, la percepción cambia en función de muchas cuestiones, y una de ellas es la procedencia de la obra. Un Velázquez, por el mero hecho de ser Velázquez obtendrá mayor atención que otro cuadro. “Bueno, me fascina, la percepción que tenemos cambia porque alguien dice que ese cuadro es falsificado. Y bueno, y después hay otra cosa que me fascina, y esto es una realidad, que dicen los expertos que el 50% de la obra de Dalí está falsificada”
Una de las novelas que mayor impacto, y ventas, tuvo en su carrera literaria fue Gracias por la Propina, en su 25 aniversario, decidieron publicarlo de nuevo pero con algunos cambios. Aunque le hago saber que no he detectado muchos cambio, o por lo menos no muy significativos. “Nada, nada, nada, prácticamente nada, yo mismo me sorprendí de lo bien que aguantaba la novela, porque; en cambio, mis tres primeras novelas… Están viejas, la primera trilogía está vieja, está vieja”, señala. Quizás haga lo mismo con sus primeras novelas, y las actualice un poco. “Reescribir no es retocar, retocar es algo más sencillo, pero reescribir, no. Reescribir es mucho más duro, requiere de más tiempo, entonces yo no sé cuándo lo haré”
Habla en un mismo capítulo en diferentes épocas, en las dos épocas que se plantean en el libro, en 1968, y 2019 el narrador está en primera persona, en segunda y en tercera. “Bueno, cuando narras de dos formas diferentes es complicado, es complicado. Porque cuando estás en primera persona sientes de una manera la literatura, cuando estás en tercera, lo sientes de otra, y después hay un par de hojas, que es cuando él entra a un club, que ahí, lo narro en segunda persona porque me parecía más conveniente”
Es bastante más complejo escribir en segunda persona, Ferrán. “En la persona que yo no lo había hecho nunca, nada, en segunda persona. Muy complicado. Es más, tampoco me gusta como lector leer novelas en segunda persona, no sé, no entro en el texto, entro mejor con una primera persona o una tercera persona”. Yo soy de narración en primera persona, o con la narración omnisciente. “Lo que más me engancha es la primera persona. A mí la primera persona me gusta mucho, pero tiene un problema, y es que el protagonista tira todas las cosas que se hacen en la novela”
Torrent tiene cuatro adaptaciones cinematográficas, a mí me gustan las cuatro, sobre todo Gracias por la Propina (véanla en valenciano, mejora mucho) Sin duda, Francesc Bellmunt dirige muy bien. “Está bien, está bien, porque piensa que la mecánica de la novela y la cinematográfica es muy diferente. La elipsis está muy presente en el cine, por lo tanto, además existe el problema de la producción. Tú haces una novela y mandas a tu protagonista a Turquía y no pasa nada, no cuesta ni un euro. Pero claro, si no quieres hacer experiencia, vale un montón de pasta. Entonces, ese es uno de los problemas”, sentencia.
Si hay un escritor que podría adaptarse a una serie de televisión, ese sería Ferrán Torrent. “Me llegan propuestas, pero por ahora no tengo ninguna intención. Si no me llega una propuesta, que veo una productora realmente importante, una plataforma realmente importante. Mira, cuando venga una propuesta que sea firme y que me guste. Yo no tengo prisa. Claro. No tengo ninguna prisa en que me hagan una serie. Creo que mis personajes algún día les van a gustar. Me van a hacer una serie, de verdad que estoy convencido. Como pasaba en Hollywood, se van a nutrir mucho las novelas”