
Salva Herrero
En el momento en el que este humilde videoperiodista redacta estas líneas y termina de editar su vídeo en YouTube para que lo puedas disfrutar desde la comodidad de tu sofá, cama o vagón del metro, el palmarés de la 28 edición del festival de Málaga es todavía una incógnita.
Lo que no es un misterio es la enorme importancia que año tras año va atesorando el certamen andaluz.
Todo comenzó en 1998, cuando Málaga decidió que el pescaíto frito y la Semana Santa no eran suficientes y se lanzó a crear su propio festival de cine. La idea era clara: dar visibilidad al cine español y convertir la ciudad en un escaparate de talento. ¿El resultado? Un evento que, con el paso de los años, ha ido creciendo hasta convertirse en una de las citas cinematográficas más importantes del panorama iberoamericano.

Desembarco de la familia Cervantes en el Festival.
Desde entonces, cada primavera, la ciudad se llena de estrellas (y no solo las del cielo andaluz), proyectando lo mejor del cine español e iberoamericano. También hay hueco para documentales, cortometrajes y hasta un certamen de cine gastronómico. Además, el festival no solo es una excusa para disfrutar de buen cine, sino también un motor para la industria, un punto de encuentro para directores, guionistas, actores y productores que encuentran en Málaga el lugar perfecto para presentar sus proyectos al mundo.
Con el paso de los años, el festival ha sabido reinventarse y ampliar su oferta: desde homenajes a figuras clave del cine hasta actividades paralelas como Málaga Work in Progress o Villa del Mar.
Y si a todo esto le sumamos la belleza de la ciudad, su ambiente acogedor (aunque ya masificado) y una gastronomía que quita el sentido, no es de extrañar que el Festival de Cine de Málaga sea uno de los eventos culturales más esperados del año. El número de proyecciones durante estos diez días alcanza la cifra de 260. Un número quizá excesivo para poder hacer una cobertura óptima del mismo. No es una queja, es simplemente el comentario general entre los compañeros de la profesión.
Si lo deseas, puedes hacer maratones cinematográficas desde las 8.30h hasta las 22.30h sin pasar por el aseo. He visto periodistas con ataques de ansiedad porque eran incapaces de llegar a completar con éxito sus apretadas agendas. En mi caso, invertí un precioso tiempo previo en organizar mi agenda de manera detallada para poder asistir a aquellas proyecciones que, desde mi modesto punto de vista, podían ser de interés. No sé si habré coincidido o no con el jurado, pero debo reconocer que, o bien el nivel de las películas ha sido muy alto, o he tenido un buen ojo para la selección final.
No pretendo que vayas a ver aquellas que te comento en el siguiente vídeo pero sí, al menos, que compruebes la diversidad de propuestas de nuestro panorama cinematográfico.
Destacaría la ópera prima de Gala Gracia; “Lo que queda de ti”. Una historia que explora temas como el duelo, la culpa y la identidad, ambientada en la impresionante belleza de las montañas de Huesca. Notable la segunda película de Belén Funes; “Los Tortuga”, que nos presenta a una familia que, como las tortugas, lleva su hogar a cuestas mientras navega por las adversidades de la vida.
También la película iberoamericana “El ladrón de perros”. Una conmovedora historia sobre un joven limpiabotas boliviano en busca de su identidad.
Y apuntaros bien este nombre; Ángela Cervantes. Sí, hermana del también actor Álvaro Cervantes y que sin duda va a estar en la conversación durante todo el año. Aquí presenta dos títulos, al igual que su hermano. Curiosamente, ostentan el apellido que da nombre al emblemático teatro sede principal de este festival. Por aquí ya hablan del “desembarco” de Los Cervantes.
Y así, entre biznagas (que, por cierto, son flores aromáticas típicas de Málaga) os emplazo a un nuevo festival. Yo, de momento, voy a intentar recuperar las horas de sueño pendientes de estos días.
¡Nos vemos en el cine!